Según dictan los especialistas como Alex Rodríguez, José Canseco y varios que rompieron récords y fueron los héroes caídos de la profecía del doping, los deportistas no se meten sustancias ilegales para irse a los teibols ni a la termas donde la garotas les bajan la lana. Antes al contrario, recurren a esos materiales para conformar grandes leyendas y luego derrapar en vergüenzas públicas al estilo Lance Armstrong en la encarnación misma de lúbricas epopeyas de gloria y vertiginosa decadencia que terminan en el diván público de Oprah Winfrey.

Por eso se puede pensar que, dadas las condiciones deprimentes del futbol mexicano, el clembuterol que hoy despierta al espectro del dopaje en la Femexfut y que todo indica consumen los jugadores tiene el efecto contrario del que se puede ver en los grandes antihéroes inolvidables.

Digo, si ese clembuterol fuera beneficioso para el desarrollo muscular, veríamos a unos ratones más certeros, amén de una Liga más atractiva. Pero todo indica que ni para doparnos somos buenos.

Aun así, tomando en cuenta los niveles de atracción mediática que estas cosas generan, no tarda Fox en buscar la despenalización del clembuterol, el PRI de inmediato querría meterlo al Pancho por México y El Peje alegaría que es una cortina de humo para que los Salinas sigan saqueando al país. La cosa se pondría tan tremebunda que la Comisión por el Clembuterol estaría encabezada por el Güero Castañeda y los traficantes de tacos de suaperro con calidad de exportación.

Y claro, ya veo a la Conadic, encabezada por un tal Fernando Cano Valle, que hace ver a la Arquidiócesis como una bola de comunistas, alegando que el clembuterol es un peligro peor que la mota. Esa que con solo mirarla te destruye las neuronas y te deja peor que la pinchi Sota. En lo particular no sabía que había una institución más instalada en el mercurio retrógrado que el Partido Verde, pero la Conadic supera cualquier fantasía medieval.

Como sea, en la Femexfut se pusieron como policías chinos con el affaire del clembuterol. No dieron los nombres y dejaron todo en manos de los tiburones del sospechosismo y la especulación.

Cómo estará la cosa que hay más transparencia en los Mordors estatales que en la Femexfut.

El clembuterol nos hará libres.