Continuando con el tema de la sexualidad infantil, es importante considerar el hecho de que hay que apoyar a los niños y las niñas  en la toma de decisiones aun a esta edad. Muchas veces como padres casi obligamos a nuestros hijos a saludar de beso a otros adultos  y en ocasiones  aquéllos se resisten.

Cuando esto suceda hay que respetar su decisión, porque de otra manera les estamos enseñando a obedecer ciegamente y no aprenden a decir NO, algo que los niños deben saber desde pequeños y que es muy  útil en la prevención del abuso infantil. Así que, por favor, la próxima vez que su hijo o nieto no quiera saludar a otro adulto, no lo obligue, sólo enséñele buenos modales, ya que el respeto es un valor universal.

A los cuatro años, ya son más conscientes de la diferencia entre niños y niñas, son capaces de compartir e intercambiar sus juguetes y hay curiosidad por saber lo que hacen los adultos en el baño. Al cumplir cinco, hay agrado por los besos, se inicia el rubor y/o risas ante la desnudez y los temas sexuales y la autoexploración de los órganos sexuales están presentes también. A esta edad, hay preguntas que pueden poner en aprietos a los padres y a otros adultos, por ejemplo: ¿cómo nacen los niños?

¿Por qué las niñas no tienen pene como los niños? ¿Por qué las niñas orinan sentadas? Intente responder  con la verdad, adecuando el lenguaje a la edad del niño. A los seis años, hay interés por el matrimonio, el embarazo, el origen de los bebés (ya no sólo quieren saber qué hay en la “pancita de mamá”, sino cómo llegó ahí) y cómo nacen los niños y el papel de hombres y mujeres. Es decir ya tienen incorporados los comportamientos que les exige su entorno en función de ser niño o niña.