Las herramientas de la felicidad

El sonreír y abrirnos a los demás o el ser agradecidos, nos ayuda a generar la felicidad.

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La felicidad nace del contacto con uno mismo, no depende del exterior. El sonreír y abrirnos a los demás o el ser agradecidos, nos ayuda a generar la felicidad.

Lo triste es que no hemos comprendido que la alegría es el fluir espontáneo de nuestro ser, eso es, la conexión con la vida. La alegría no tiene tanto que ver con el placer o la euforia, sino con el hecho de “estar contento”. Es una mezcla de aceptación y de motivación para vivir.

Según la psicóloga Eva Juan, la auténtica alegría es sinónimo de plenitud. Es una especie de paz interior. Es el encuentro de la criatura con su creador. Y si nos llenamos de ese poder espiritual emanado de Dios, podemos experimentar esa paz, o “ese contento” mientras pasamos por una mala época o incluso por un proceso de duelo.

Buda dijo que se puede experimentar alegría entre los afligidos y aún en la desgracia. Se trata de experimentar el sufrimiento como una parte de nuestro aprendizaje.

La alegría no surge de las circunstancias exteriores, sino del contacto con uno mismo, pero existen algunas herramientas que nos pueden ayudar a activar la alegría y lograr la felicidad.

La primera de ellas es la sonrisa. Una medicina natural y gratuita. Si sonreímos trasladamos la información al cuerpo y nuestra bioquímica nos ayuda a elevar el ánimo.

La segunda es la relación que llevamos con los demás. También puede despertarnos el entusiasmo y activar la alegría. Porque la alegría tiene una expresión externa. El saber comunicarnos y hacer trabajo en equipo, genera felicidad.

La tercera herramienta será abrirnos al mundo y dejar que el mundo entre dentro de nosotros. No ser una ostra, ni un hurón o un cerrazónico emocional. Conversar, interactuar y colaborar con nuestro prójimo proporciona felicidad.

La cuarta herramienta es hacer pequeñas cosas que nos gusten. Entonar una canción, salir a caminar, decirle a la pareja que la queremos, etc. Así vamos a conectar nuestras pasiones, y eso generará el efecto inmediato de la alegría. “Porque la alegría es una de las caras del amor”.

La quinta herramienta es agradecer y saber decir gracias, es un gran instrumento para nuestra felicidad. Hacer al final del día una pequeña lista de las cosas por las que estamos agradecidos. Y al repasar nuestras actividades, siempre vamos a encontrar algunas cosas por las que debemos de dar gracias, y al escribirlas seremos más conscientes de ellas. No hay que olvidar que la palabra ¡que más le gusta a Dios es...¡Gracias!.

El renunciar a quejarnos es la sexta herramienta que genera felicidad, ya que la queja conlleva mucho desgaste de energía. Hay que aceptar que nosotros dirigimos el rumbo de nuestra vida, y no ubicarnos en el papel de víctimas. No te quejes ni cuentes tus problemas. Al contar tus problemas, a la mitad de los que te escuchan no les importan tus problemas, y la otra mitad se va alegrar de las cosas malas que te suceden, ¡pues no les caes bien y te tienen envidia!

Y la séptima herramienta será cultivar las virtudes de la compasión, la ternura y el servicio. Eso es, ayudar a los demás. Si lo hacemos sin esperar nada a cambio eso nos proporcionará alegría al instante.

Hoy es un buen día para estar contento. Estar contento es estar contenido. Contenido de optimismo, contenido de ilusión y contenido de amor. Estar contento es estar contenido del amor de Dios.

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