Histérica y falaz “defensa” de la patria

López Obrador usa como alcayata la reforma constitucional energética que se sazona en el Congreso.

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Porque dos veces vio frustrada su obsesión (perturbación anímica producida por una idea fija; idea que con tenaz persistencia asalta la mente, definen los diccionarios) por alcanzar la Presidencia, Andrés Manuel López Obrador se la vive (desde hace más de ¡siete años!) atizando rencores y odios colectivos.

En pos de una tercera oportunidad, usa como alcayata la reforma constitucional energética que se sazona en el Congreso, utilizando (y exponiéndolos al ridículo) a tres de sus alfiles para animar el circo: en nombre de Morena, José Agustín Ortiz, Bertha Luján y Octavio Romero emplazaron a Enrique Peña Nieto hace dos semanas:

“No hay ninguna razón para impedir o limitar que el pueblo de México sea el que decida sobre este importante asunto. Si se sitúa de manera responsable y con voluntad política, puede ajustarse el marco legal para celebrar dicha consulta con carácter vinculatorio…”.

El secretario particular de Peña, Erwin Lino Zárate, respondió este sábado, implícitamente, con la obviedad de que se equivocaron de ventanilla:

“… esta iniciativa se encuentra en el Senado. Bajo la división de Poderes que marca la Constitución y que impera en el México democrático de hoy, no corresponde al Poder Ejecutivo señalar o sugerir la forma en que debe proceder el Congreso, o alguna de sus cámaras. El Senado y la Cámara de Diputados, constituidos democráticamente a través del voto de los mexicanos, tienen la soberanía para determinar de manera autónoma e independiente el destino de las iniciativas…”.

La reacción de AMLO ayer es otra variante de su guerra del fin del mundo: cerco al Congreso federal y a 31 estatales, boicot a Televisa y a Soriana, linchamiento político de legisladores, no al pago de impuestos… 
Uno de sus fieles agentes en el PRD, el secretario general Alejandro Sánchez, asegura que Lino Zárate “respondió que no es posible esa consulta; (no lo dice la contestación); que corresponde al Congreso y esto es un síntoma de ignorancia, porque el gobierno federal, a través de la Presidencia, tiene la facultad de convocar a una consulta popular, como lo establece el artículo 35 constitucional”.

La patraña es contumaz porque la respuesta no se ocupó de las facultades presidenciales.
Pero si de consultas populares se tratara, ese artículo dice que la ciudadanía tiene derecho a votar temas de trascendencia nacional (la reforma energética lo es), pero… sujetas a que: a) sean convocadas por el Congreso de la Unión y a petición del Presidente; b) por el equivalente a 33 por ciento de los integrantes de cualquiera de las cámaras o, c) por los ciudadanos en un número equivalente, al menos, a un 2 por ciento (alrededor de 1.6 millones de firmas) de los inscritos en la lista nominal de electores (80 millones, más o menos).

Igualito que su apapachada CNTE, AMLO sabe bien que lo redituable para sus ambiciones no es contribuir a la solución de ningún problema: su interés político es agravarlo. 

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