Y el miércoles, cuando presenten la iniciativa de reforma financiera, vas a ir con o sin cartulinas, le dije ayer al presidente del PAN, Gustavo Madero. Soltó una carcajada y aseguró que irá sin cartulina, “porque creo que el mensaje ya fue recibido”.

Madero está muy contento. Se sabe, creo que con razón, el ganador de la crisis del Pacto por México. Él la desató con buenos argumentos, la moldeó, administró y conjuró. Y en la ceremonia de ayer, con un par de cartulinas, se dio el lujo de restregarles al Presidente de la República, los secretarios de Gobernación y Hacienda y el líder del PRI, que su partido sigue “reproduciendo la cultura clientelar, autoritaria y corrupta”.

—¿Era el lugar para mostrar esas imágenes?

—Es posible que no. Pero mi regreso al Pacto tenía que ser dejando muy claro cuáles son las consideraciones. Porque desde nuestro punto de vista, vemos un intento de bajar el volumen, la presencia, la dimensión de estos hechos. Por eso puse, a costo mío, ese cuadro que pinta de cuerpo entero lo que los gobernadores están haciendo hoy con descaro.

—¿Ante el presidente Peña Nieto?

—Son pocas las oportunidades que tenemos para decirlo. Por eso tenemos que recurrir a estos espacios. Estoy estirando la cuerda, pero no para que se reviente, sino para que se avance lo más posible. Estoy buscando que se genere una tensión positiva que sirva de fuerza transformadora y democratizadora. El Pacto de eso trata, no de quitarle tensión al debate político, sino de hacerlo de manera constructiva.

—¿Hiciste lo correcto?

—Yo creo que sí. Honestamente, era mi obligación.