En lo que llega la información oficial prometida sobre la explosión en el edificio de Pemex, hablemos del, Jaime Sabines dixit, Príncipe Cáncer, señor de los pulmones, varón de la próstata, que se divierte arrojando dardos a los ovarios tersos, las vaginas mustias.

Conmueve la honestidad intelectual del Instituto Nacional de Cancerología al aceptar que no existe un registro nacional de datos completos y actuales sobre la incidencia de la enfermedad. Solo hay estimaciones con base en estadísticas diversas. Así se sabe de más de 135 mil nuevos casos por año, más de 60 mil muertes (tercera causa, atrás de los males cardiovasculares y la diabetes melitus) y de los tipos más extendidos: próstata, mama, cervicouterino y pulmón.

La verdadera tragedia, empero, reside en que siete de cada diez casos son detectados en etapas tardías, cuando no se puede hacer mayor cosa. Tragedia con mayúsculas, pues el instituto calcula que uno de cada tres mexicanos será diagnosticado con cáncer en el mediano plazo, y porque se trata de una enfermedad que, “dada su magnitud y trascendencia social y económica, se clasifica como catastrófica para el individuo y las instituciones”.

Bien vale hoy, Día Mundial contra el Cáncer, visitar el espléndido portal del instituto, www.malditocancer.org. En especial el apartado que revisa y desbarata mitos extendidos, como que el cáncer es una sentencia de muerte o un destino inexorable.

Cuatro de cada diez casos podrían prevenirse, y otro alto porcentaje superarse. Será un crimen si los gobiernos y la sociedad no concretan las medidas urgentes.

El Príncipe Cáncer de Sabines ya no es invencible.