Ideología

Hemos caído en un círculo vicioso, en el que los políticos prometen, la ciudadanía le cree, ellos siguen prometiendo, la ciudadanía le sigue creyendo. Nadie cambia, porque así se ha hecho siempre

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El otro día leía la frase: La política ha dejado de ser una actividad de ideología para convertirse en una de programas. Nada más cierto. 

En estas épocas es cuando más se platica con la gente, se investiga y se escucha su sentir y su opinión. Es lo positivo de esa gran obsesión con las encuestas. Lo que más repite la gente es que le faltan apoyos. Se le ha acostumbrado a darle, en lugar de educarle, y eso es lo que ya tenemos bien posicionado y fijado en la mente. Sin embargo, la misma gente que dice que necesita que le den más, es la que dice que faltan oportunidades, igualdad de condiciones… trabajo. Simplemente que cada quien haga lo que tiene que hacer. Así, sencillo. 

Los grandes políticos de la historia no andaban vendiendo sus programitas populacheros. De hecho no vendían nada, transmitían su ideología y su visión y eso creaba la más grande empatía con la gente. Aquel famoso discurso de Martin Luther King Jr.: Yo tengo un sueño… Aquella frase que aún no olvidamos de Colosio: Veo un México con hambre y sed de justicia. Aquel dicho de John F. Kennedy: No te preguntes qué puede hacer tu país por ti, pregúntate qué puedes hacer tú por tu país. 

¿Dónde quedaron esos políticos? ¿Dónde están esos líderes? ¿Dónde está esa gente a la que vale la pena seguir, escuchar y aprenderles? Con mucha pena debo decir que no hay. No encuentro en uno solo de nuestros políticos actuales a alguien capaz de cubrir esa vacante. Cuando menos no ahorita, no en esta elección. 

Y es culpa de todos, no nada más de ellos. Hemos caído en un círculo vicioso, en el que ellos prometen, la ciudadanía le cree, ellos siguen prometiendo, la ciudadanía le sigue creyendo. Nadie cambia, porque así se ha hecho siempre y es lo que funciona. Nadie exige, porque es un trabajo arduo y quién tiene el tiempo cuando se tiene que trabajar. Todo sigue igual.  

Ocasionalmente me encuentro con personas dedicadas a la política y al gobierno, de los que dan la cara y de los que están detrás, y me emociona ver el entusiasmo y las ganas que tienen de cambiar y de mejorar a este nuestro tan golpeado país. Me hace pensar que hay esperanza. Estoy segura que usted, mi querido lector, conoce a dos o tres así. Sí los hay, sólo hay que buscarle y lograr que salgan a la luz. 

Y perdón que quizá este espacio hoy se llene de reflexión, pero es que al ver las fotos y leer los boletines de prensa de los candidatos, ya nada más uno espera que cuando menos Dios nos agarre confesados. 

Chisme de elección: Veo en muchos medios que el chisme es que Renán Barrera anda buscando un hueso para tener fuero. Yo me pregunto si realmente tendrá la necesidad. Y no porque haya tenido una administración impecable, sino porque el que llega nunca le tira al que se fue. Es una regla no escrita que se cumple tal cual. Pasemos a otra cosa.

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