Si algo podemos aprender de las elecciones que acaban de pasar es que los ciudadanos ya están demostrando en las urnas que no confían en los políticos ni en sus partidos. Lo que parecía muy lejano se ha convertido en una realidad: en unos meses tomarán protesta un gobernador (Nuevo León), un presidente municipal (Morelia, Michoacán), un diputado local (Jalisco) y un diputado federal  (Sinaloa) independientes. 

En todas las mesas de análisis y discusión política que abundan en este estado, se hace la pregunta de si en el 2018 vamos a tener un candidato independiente. Yo creo que no. 

Debemos partir de que cada uno de los lugares en donde ganaron son muy distintos entre sí. Dos son del norte del país, los otros dos del centro-occidente. Las condiciones económicas y de desarrollo de cada uno son diferentes, aunque podemos identificar una característica similar: todos esos estados han sido azotados por la delincuencia organizada. Y no sólo eso, esas organizaciones delictivas se han infiltrado en los partidos políticos y, por lo tanto, en los gobiernos. 

La cercanía con la capital del país y con Estados Unidos también es un factor importante, porque las poblaciones están más abiertas al cambio y a la movilidad. Son lugares donde la gente ya está HARTA, así, con mayúsculas, de tanta impunidad, de tanto descaro, de tanto desgaste social. En ese punto, la población comparte un sentimiento de desprecio por los sistemas establecidos y busca una esperanza y una luz, que encontraron en los candidatos independientes. 

Sí, ya sé que casi todos ellos formaban parte de un partido político, pero sus salidas de esos organismos, lejos de estigmatizarlos, los validaron y les generaron empatía con la gente. ¿Se acuerda del fenómeno Fox? Esta situación es similar. El único riesgo, si es que se puede llamar así, es que los ojos de todo el país están puestos en ellos y lo estarán durante sus periodos en el poder para medir su desempeño y juzgar sus decisiones. 

Yucatán no está en esas condiciones aún. Aquí los partidos todavía tienen la credibilidad suficiente para que la gente los siga. No hay una calificación reprobatoria para los gobiernos, no hay hartazgo, no hay delincuencia, no hay rompimiento social. O dígame usted ¿qué es lo primero que contesta cuando le dicen que Yucatán no es como los otros estados? Seguro habla de que es muy seguro, tranquilo, con gente amable. Ese discurso lo tenemos bien aprendido aún. 

Eso no quiere decir que no haya una puerta entreabierta para candidaturas independientes en el 2018, que se pueda abrir de par en par si un candidato la sabe manejar bien. 

Si me pregunta, yo hoy no veo posibles candidatos independientes en Yucatán, pero no descarto que veamos a algún político valiente postulándose por esa vía. Como siempre, habrá que esperar.