Y cuando parecía aclarado que el gobierno federal y el Partido Acción Nacional (PAN) no habían pactado “en lo oscurito” para aprobar las reformas pendientes, el jerarca blanquiazul, Gustavo Madero reveló a todo el país que la reforma político electoral ya fue comprometida para aprobarse por el gobierno de Enrique Peña Nieto, incluyendo la aprobación de los congresos estatales.

Lo anterior tiene profundas implicaciones para todo el país, pues  implica que el PAN insistirá en su postura de desaparecer los órganos electorales locales; pero lo sorprendente es que el líder blanquiazul  aseguró que los congresos estatales deberán aprobar la medida porque así se negoció con el gobierno federal; en contraparte, si ello no ocurre, dejó en claro que la reforma energética no avanzará, pues aunque se aprobara a nivel constitucional, faltarían las leyes secundarias para instrumentarla.

A ver, hace unas semanas los presidentes de los Congresos estatales se manifestaron en contra de la creación del Instituto Nacional Electoral (INE) y la desaparición de los órganos locales porque aseguraban era un ataque al federalismo; pero si ahora esa aprobación se instruyera desde la Presidencia –por lo menos en los congresos en los que domina el PRI- ¿eso no sería una acción de la misma naturaleza, centralista, anacrónica, alejada del pacto federal que dicen defender; o solamente es alineación política? La simulación política es regla de oro.

Y como se observa, no hay duda sobre la creación del INE, los vaivenes se encuentran en la desaparición de los órganos estatales o en la decisión de renovar sólo sus consejos generales –los tribunales se concentrarán en salas regionales-; pero es de destacarse, para el caso de Quintana Roo, el silencio de actores políticos, cuyos incendiarios discursos en favor del federalismo han cesado, tanto en el Instituto Electoral de Quintana Roo (Ieqroo) como en el Congreso del Estado.

Mientras esos vaivenes continúan el Partido de Revolución Democrática (PRD) no ha dicho nada de este nuevo acuerdo revelado, como el que tanto enojó al coordinador de sus senadores, Miguel Ángel Barbosa, por la reforma energética. Lo que pasa es que con este, aunque sea en lo “oscurito” si están de acuerdo. Cosas de la política nacional.

16 años a la basura

Hace exactamente un año, la ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Olga Sánchez Cordero aseguró, a pregunta del escribiente en el programa 360 Grados que conduce Katia D’Artigues en Televisión Azteca, que la controversia limítrofe entre Campeche y Quintana Roo estaba en etapa final, tan sólo esperaban que el Senado regresara el expediente a la corte para emitir sentencia. Pues bien, el Senado no entregó el documento y ante ello y a pesar de los recursos legales del Estado el pleno se pronunció por la imposibilidad de resolver.

Así, más de diez mil kilómetros y sus respectivos pobladores seguirán sin saber a qué entidad pertenecen, y en términos electorales pues optando por Campeche o Quintana Roo, según  convenga en el momento; todo porque algún “despistado” senador extravió el expediente. Por cierto, ante el agravio, los actuales senadores quintanarroenses nada han dicho o anunciado; ya de perdida que se den una vueltecita por las oficinas a ver si encuentran traspapelado el documento.

No, nada se sabe de Félix González Canto o de Jorge Emilio González –a Luz María Beristain ni invocarla, ha de seguir peleándose con Viva Aerobús–. Mientras, el gobierno estatal emitió un boletín asegurando que no da el caso por perdido. Habrá que ver si la Corte parte de cero; pero si bien le va a Quintana Roo, en 16 años más se tendrá alguna sentencia…esperemos le sea favorable. Desde aquí, A Tiro de Piedra, no se ve sencillo. Nos leemos en la próxima. 

Agradezco de antemano sus comentarios al correo [email protected] y al Twitter @julianisaac77