Influyente trascendencia

La dermatología no escapa a esta influencia, pues la cuna de esta especialidad está en gran parte en el Hospital San Luis de París.

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Aunque el término de un año es  un ciclo más del proceso de la vida, no deja de ser una oportunidad para proponerse mejorar lo hasta ahora bien hecho o cambiar el rumbo de lo que no va por el camino correcto. A flor de piel,  hace votos para que estos deseos sean una feliz realidad, a nivel personal, pero sobre todo municipal, estatal y federal, por que es seguro que mucha falta nos hará. 

En esta ocasión estos deseos se hacen desde París, Francia, una ciudad que no sólo bien vale una misa, sino también una novena y una procesión, debido a la gran influencia que ha tenido para el mundo, por su historia, su ciencia, y  por su arte.

En esta época  del año sus  numerosos árboles se encuentran desnudos de hojas  y pretenden substituirlas con unas bien diseñadas y multicolores luces leds, que no logran igualarlas en belleza cuando están presentes en las otras estaciones; caminar por los Campos Elíseos, en medio de numerosos y bien formalizados puestos de productos navideños, es toda una experiencia en la que se aprecia la libertad, la  igualdad y  la fraternidad, que se comparte con la enorme diversidad cultural que ahí reside o está de paso.

A París se le han dado numerosos calificativos, pero hay uno que se utiliza muy frecuentemente, el de romántica, porque es un lugar para enamorarse, de la ciudad o de alguien, tal vez por eso dicen que los niños vienen de París; por sus muy características y evocadoras calles, sin baches a pesar de que llueve todo el año-quizá porque el diezmo ni la iglesia lo cobra- han sucedido hechos que registra la historia, o bien otros imaginarios de los que da cuenta la literatura, pero  su  belleza urbanística y arquitectónica serían motivos suficientes para visitarla y disfrutarla.

La dermatología no escapa a esta influencia, pues la cuna de esta especialidad está en gran parte en el Hospital San Luis de París, fundado a principios del siglo XVII, pues en este nosocomio se establecieron las bases de la dermatología occidental actual, muchos dermatólogos mexicanos del siglo pasado se formaron en este hospital o estudiaron los textos que ahí se publicaron, por eso uno de ellos escribió “la dermatología mexicana es hija de la dermatología francesa”.

En este hospital hay un museo muy peculiar, “Des moulages”, calificado en internet como  escalofriante,  pues alberga  figuras de cera de enfermedades cutáneas  con lesiones deformantes o mutilantes, que para muchos  resultarían terroríficas,  pero no dejan de ser verdaderas obras de arte, de singular belleza y excelente calidad, son poco menos de 5000, de invaluable utilidad para la enseñanza de la dermatología, pues brindan imágenes tridimensionales.

París es producto de numerosas generaciones de hombres geniales, valientes y revolucionarios que pudieron imprimirle una gran trascendencia  a su cultura,  que fue capaz de influenciar a las del resto del mundo.

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