Las fases de crecimiento de los baches en Chetumal, que ya se aprecian como cráteres lunares, que se han reproducido por la interacción de las constantes lluvias entre los movimientos de rodamiento de los vehículos automotores que transitan por las arterias de la capital, por fin llega el inicio del fin tortuoso por tanto bache.

Pero como había demorado el arreglo de los baches, se iban acrecentando cada día, no sólo por las lluvias con sus caídas intermitentes, sino por otras causas intermedias, como el paso constante de vehículos, los que ensancharon y profundizaron más los baches.

Tanto por la impotencia, los conductores y acompañantes, han hecho objeto de lanzar improperios, tanto de lenguaje como de pensamiento hasta querer gravitar –elevarse- sobre los baches, lo que también produjo oleadas de contradicciones por la reducción del tiempo que les impide la realización de sus actividades a tiempo.

No solo ha sido la profunda ira e impotencia que he se ha sentido por el estado de deterioro de las vialidades de Chetumal, sino en la esperanza que queda, al pensar que arreglarlos tomará su tiempo. Ahora se ha empezado desde ya, por lo menos en las principales vías de rodamiento vehicular de esta ciudad capital.

En la ciudad donde no había divisiones de clases, donde no importaba cuál era la posición política o religiosa de cada quien. Era una pequeña ciudad donde reinaba la tranquilidad, donde la familia podía trasladarse a cualquier lado y a cualquier hora sin temor, donde cualquier ciudadano sin importar el estrato social tenía acceso sin tener que causar sospecha o desconfianza.

Hoy la inseguridad en Chetumal, aunque no comparable con las ciudades que tienen que enfrentar la inseguridad que padecen constantemente por la delincuencia organizada, los últimos hechos delictivos dan visos que ahí va. 

Ahora Chetumal y sus ciudadanos, son pre-sas de la delincuencia con robos a casas habitación, autos, motos, asaltos, cristalazos, chantajes y homicidios, las calles otrora de envidiable tranquilidad, están desiertas, y las puertas y ventanas de los hogares cerradas bajo siete candados.

Para aquellos chetumaleños, que ahora se invaden de nostalgia por las reminiscencias del pasado. Todos unos conocidos personajes quienes tenían que demostrar lo que era servir a su querida ciudad, eran hombres y mujeres de absoluta confianza.

Ante la inseguridad, son pertinentes y propicias para el momento decisivo de reconstruir confianza para que vuelva la tranquilidad a la capital.

Todavía hay tiempo para sacarla del peligro por la situación de inseguridad que se vive en Chetumal no es la que se desea para las familias porque afecta a todos por igual,

Desde que inició el tránsito por el camino del desarrollo y crecimiento, con la importancia que tienen los nuevos asentamientos humanos que han acrecentado más la población citadina, fue en aumento la proliferación de vándalos, drogadicción y potenciales delincuentes.Se agrega la falta del dinero, que es el principal factor que afecta sus niveles, de la falta del poder adquisitivo, mientras tanto otros están en situación onerosa, ahora que la gente está pasando momentos de angustia por su situación económica, sintiéndose estresados y sin fuerzas.

Pero si la modernidad arrasa los valores, también se tiene que enfrentar al destino porque les bloquearon el trabajo. Esto es por lo que se le dice que fue bajo todas las de la ley y la atracción del dinero del finiquito no funciona –no quiero dinero, quiero mi trabajo–, pareciera que ese grito en el desierto no se oyera.

Con la idea de que la falta de dinero y la ocio-sidad, son la fuente de todos los males, es desde donde se manifiestan los visos de delincuencia, entre otros motivos.

Por lo general, en la mente inconsciente que empieza asociar ideas para conseguir dinero fácil.