Institución de caridad

Con gusto hubiera donado sus glúteos a una institución de caridad para poder caminar tranquila y evitar los toqueteos en los atestados vagones del metro.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Comprobó con disgusto que sus senos seguían creciendo sin perder firmeza. Tenía un cuerpo demasiado pródigo en redondeces. Carne y más carne, ¿hasta dónde iba a parar? […] Con gusto hubiera donado sus glúteos a una institución de caridad para poder caminar tranquila y evitar los toqueteos en los atestados vagones del metro.

Fuente: Del cuento El Orgasmógrafo de Enrique Serna, citado en Revista Leer+, número 63, agosto de 2014, visto el 29 de julio de 2014.

------------------------------

Yo estoy muy bien, se enorgullece la columna Viernes Cultural, soy perfecta: 90-60-90. Y tú, erotómano de mi vida, ¿cómo lo ves?

Él no hace caso, y la columna Viernes Cultural le grita: Te estoy hablando, erotómano, ¡contesta! ¡Prócer de los viernes! ¡Erotómano!

¿Me hablas?, dice finalmente, pues para tu conocimiento y efectos legales procedentes, a partir de hoy me llamo, “Transcriptor, Institución de Caridad, SCP”.

Y espera, sentado, la donación correspondiente.

De nada… Saludos.

Lo más leído

skeleton





skeleton