Crisis.- El ser humano a lo largo de su existencia ha podido sobrevivir a distintas crisis, esta opinión estará enfocada a una conducta social o hábito social que probablemente hoy represente una más de esas crisis: internet.

Posibilidad.- El ámbito social en el que se desarrolla esta actividad no está ligado a la situación económica que hoy tiene la sociedad, sobre todo en el caso de los jóvenes, quienes tienen muchas posibilidades de fácil acceso, por ello es que no podría decirse que éste sea un tema que involucre o se limite a determinadas clases sociales.

Hábito.- Pues bien, creer que la internet podría ser un reto o riesgo social, nos obligaría a pensar en aquellas situaciones históricas relacionadas con hábitos humanos que en su momento produjeron síntomas de descomposición, para así poder estar en condiciones de decidir un mecanismo o política pública que nos permita afrontar cualquiera de las dos situaciones.

¿Riesgo o reto?- Hoy la dinámica social se encuentra envuelta en un descubrimiento en el que muy pocas veces se pensaba y mucho menos se soñaba: la internet, cuya principal bondad radica en la posibilidad de acceso inmediato a una inimaginable cantidad de información.

Alcances.- Pero esa posibilidad hoy permea de distintas formas a nuestra sociedad y no se limita o distingue raza, credo, cultura, nivel social o grupo, ya que todo ser humano tiene esa posibilidad de acceso; desde esta perspectiva valdría la pena pensar en cómo hoy los jóvenes valoran, priorizan o hacen uso de esa información, ya que son ellos quienes se encuentran en un esquema de personas en desarrollo, condición que sin duda asigna toda una tarea a los padres, quienes tienen la responsabilidad de generar ese sano desarrollo.

Estadística.- Una estadística levantada entre jóvenes que se encuentran en un proceso jurisdiccional dio como resultado que del total de la población el 50% refiere haber tomado una decisión con base en información obtenida a través de la internet, quedando clara la fuerte influencia que ejerce en ellos la información obtenida a través de esta herramienta. ¿Se requiere o no, entonces, como consecuencia de esta situación generar un mecanismo que ayude a lograr lo mejor para los jóvenes y aprovechar las bondades de esta herramienta del siglo?

Los padres.- Ante un panorama de esa naturaleza y esperando que no se convierta en una crisis social, que transforme una actividad lúdica o hábito socialmente aceptable en una adicción, valdría la pena reflexionar sobre el papel que los padres tienen en esta gran tarea de formar personas de bien. 

La reflexión: ¿Existirá la necesidad de que los padres reciban una formación específica sobre este tema en beneficio de los hijos?