Internet solidaria

Me siento más cercano de Maimónides y su Guía de perplejos, aunque sean mil cien años más antiguos, que a la red.

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Todo lo relativo a la Red excede con mucho mi capacidad de comprensión. Sé que existe, sé inclusive cómo usar algunas cosas, pero soy incapaz de entender cómo se genera o qué es eso de binario. 

En este diario hay especialistas que hacen muy bien su trabajo pero me dejan, es la verdad, perplejo. Me siento más cercano de Maimónides y su Guía de perplejos aunque sean mil cien años más antiguos.
Sin embargo, asumo la utilidad de nuevos sitios de encuentro y medios de información, aunque sé, también, que pueden convertirse en instrumento fácil para ejecutar linchamientos o, dicho en “espánglich”, bullying. 

Sin embargo, historias como la de la maestra Cecilia Hernández Rivas, psicóloga, quien, gracias a un apoyo solidario, logró que la escuela Lomas Hill, de la Ciudad de México, la indemnizara tras un despido sólo justificado por el cerril ultramontanismo de la directiva.

La maestra proyectó a sus alumnos la película Milk, protagonizada por Sean Penn, James Franco y el mexicano Diego Luna, que cuenta la historia del activista por los derechos de los homosexuales Harvey Milk, asesinado el 27 de noviembre de 1978, en su oficina del Ayuntamiento de San Francisco, en California.

A más de una historia de lucha es un tema que, con todas las controversias que pueda suscitar, debe ser tratado por los adolescentes y precisamente en la escuela. 

Me permito citar en parte a la maestra porque creo que es de interés:

“Cuando sucedió todo, yo no conocía el impacto de una red social ni de una petición, pero tras el primer mensaje... en pocas horas la noticia se había difundido vía Twitter. Cientos de personas me motivaban a seguir y sugerían vías de apoyo para mi situación. El Conapred se puso en contacto conmigo e inicié la difusión formal de mi caso y la petición de un proceso conciliatorio... 

“Y la oportunidad para hacer algo se presentó cuando me encontré con Change.org, en donde hace 5 meses inicié esta petición solicitando al Lomas Hill una disculpa pública por los daños morales perpetrados que tendrían repercusión en mi crecimiento profesional. En menos de un mes, obtuve el apoyo de todos ustedes: más de 85,000 firmas alrededor del mundo”.

Pues, sí, valió la pena.

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