Gran sorpresa me causaron las cifras arrojadas por reciente encuesta, realizada por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública y  que expone en quiénes realmente cree y confía la gente. 

Según lo publicado, la investidura  presidencial, cual ídolo con pies de barro, se desmorona, ya que cree en ella poco o nada el 65% de los encuestados, y como fichas de dominó le siguieron los diputados, partidos políticos, hospitales, empresarios y la televisión. 

Fueron juzgados y hallados culpables, por quienes son los verdaderos dueños de este país, la sociedad civil, enviándolos con sus calificaciones al “helesponto”, donde, ante la falta de estrategias eficaces y liderazgo ganado en buena lid, sólo merecen vivir en el exilio de la ignominia.

El tiempo nos demuestra que lo mas valioso en el transitar mundano es la familia, sin duda la institución más sólida desde la creación del hombre. Si alguien tiene la menor duda, sólo baste recordar cualquier pasaje de su efímera existencia y se topara con que ante la mínima adversidad  siempre buscamos consuelo en ella. 

Sí, aquella de la que muchas veces apenas nos acordamos cuando triunfo, fama y dinero nos deslumbran, aquella que callada y silenciosa te espera cual hijo pródigo, sin reprocharte nada.

En orden de credibilidad le siguen los amigos, con un 77%, universidades con el 76%, Cruz Roja 72%, y en orden decreciente la Marina y el Ejército.  

Con lo anterior podemos inferir que en lo que realmente creemos es en quienes nos demuestran su solidaridad en las buenas y en las malas, siendo éste el caso de los amigos. También confiamos en nuestros universitarios, cual cimiento y esperanza de que este México colapsado se  levante.

En el referido claroscuro de cifras, con tristeza encuentro a las instituciones de salud no bien calificadas, a excepción de la Cruz Roja, muy probablemente  ante la falta de coherencia entre el discurso directivo gubernamental y lo que realmente enfrentan sus dolientes (beneficiarios) y empleados, quienes “sufren y se la juegan” durante su desempeño cotidiano. ¡Mucho ruido y pocas nueces¡ De la CFE, sin comentarios.

Finalmente, lector, éstas son tan sólo encuestas de opinión, que podríamos argumentar que fueron realizadas a un segmento de la población que tal vez no refleje el sentir de muchos; y tiene usted toda la razón. 

Lo que sí destaco orgullosamente es que, cual hijo pródigo, hemos colocado en el lugar que se merece a la familia; juntos claro que podremos vencer a cualquier “nuevo mesías”, que se multiplicarán ante las próximas elecciones del 2015. Tú tienes la última palabra.