Jamás pondríamos en riesgo a nuestro personal

De acuerdo a Javier González Franco, director general de Bimbo, los criminales imponen el desabasto.

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Con la economía de palabras de los buenos empresarios, Javier González Franco, director general de Bimbo, le dice al reportero de MILENIO Axel Sánchez que, en efecto, no están abasteciendo en zonas de Michoacán por las restricciones impuestas por los grupos criminales.

Estamos hablando de Bimbo, la empresa que, por generaciones, ha colocado sus productos en los pueblos más perdidos de México.

En las respuestas de González Franco se desarrolla un pequeño tratado de sociología del comercio. Bimbo recibe las advertencias de los criminales, decide acatarlas “para no poner en riesgo la vida de nuestra gente”; los criminales imponen el desabasto.

“Yo diría que son días en que no podemos entrar”, redondea el director general. “Hacemos el intento de llegar, pero por alguna situación no podemos hacer nada contra el desabasto. En la medida de lo posible tratamos de subsanarlo, pero tenemos ese problema. Y no somos los únicos. Existen muchos proveedores que están en la misma circunstancia”.

La entrevista se pide ex profeso por el sitio de casi un mes al poblado de La Ruana, adonde no entra Bimbo, ni Coca-Cola ni Pemex ni Oportunidades. Y como bien escribió ayer Juan Pablo Becerra-Acosta (quien ha recorrido la región dos veces en mayo), la autoridad municipal no puede ni quiere meterse en el problema, la estatal no se sabe si puede o quiere, y la federal puede pero no quiere, o no sabe cómo.

Quizá tampoco quieran poner en riesgo a su personal. Solo que a diferencia de Bimbo, ellos están obligados a romper el cerco.

Dejar que se pudran las cosas no es una estrategia válida para el Estado. 

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