Me quejo, pero lo hago

Los mexicanos no estamos acostumbrados a recibir una orden y ejecutarla sin queja alguna, no nos gusta que se pongan nuevas reglas o límites.

|
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram
Compartir noticia en twitter
Compartir noticia en facebook
Compartir noticia por whatsapp
Compartir noticia por Telegram

Uno de los grandes problemas que vive hoy México es la manera de pensar de sus nacionales, independientemente de la clase social o de las actividades que realizan. Los mexicanos no estamos acostumbrados a recibir una orden y ejecutarla sin queja alguna, no nos gusta que se pongan nuevas reglas, límites o incluso métodos para llegar a un fin.

Al momento en el que se indica la nueva reglamentación se inicia el camino de quejas y lamentaciones. ¿Por qué a mí/nosotros? ¿Sólo eso?, ¿no les basta con lo que ya hacemos? Pero lo anterior es mera palabrería, porque lo más simpático es que al final todos lo hacen, cumplen y ejecutan la acción.

Esa mentalidad es la que hay que cambiar, si no estás en un puesto o posición de dirección sino en lo contrario, de ejecución, actúa y realiza lo que se te ordene sin quejarte, algún día llegarás a un puesto de dirección. México necesita personas proactivas, positivas que quieran demostrar que sí se puede cambiar.

No podemos exigir cambios políticos, burocráticos, sociales o culturales si nosotros mismos no cambiamos como personas. Este cambio no se trata de una carrera de tiempo, sino de resistencia, ya que el cambio se verá reflejado no en 3 ó 4 años, sino que estamos hablando de un cambio que comenzará a notarse en unos 10 ó 15 años.

Lo más leído

skeleton





skeleton