A Jesús Armando me lo presentó Wilberth Herrera en un disco. Me maravilló escuchar canciones tan nuestras en esa voz acariciadora.

Estaba por estrenar “Mestiza Power” y sin pedir permiso ni conocer a Jesús Armando más que por su voz, elegí su versión de “Flor de Azahar” como parte medular de la obra. La voz de este impecable cantante nos ha acompañado durante 10 años, 500 funciones e incontables giras.

El  9 de septiembre develaron un óleo de Jesús Armando en la sala de intérpretes del Museo de la Canción Yucateca. La develación fue presidida por Roger Metri, secretario de Cultura; Elena Fernández del Moral, directora del Museo; Alonso Gutiérrez, autor del óleo, y Elsy y Rubí Dzib Rodríguez. Acompañado de importantes artistas vivió una gran noche plena de  cariño.  

“Empecé a cantar por mi hermana Ruby, ella es mi inspiración, yo no cantaba ni en el baño y ella ya había participado en importantes festivales. Llevo 25 años de carrera, 15 como solista de la Típica Yukalpetén. Cuando inicié no esperé un reconocimiento de esta magnitud, lo hice porque me gustaba cantar. Nunca fue pesado para mí a pesar de que dejé amigos, familia, muchas cosas. Aún no entiendo cómo la música suple todo eso. No me fijé en los años que pasaron, muchas puertas se abrieron, otras se cerraron. Inicié como todos: picando piedra, cantando en restaurantes, bares, donde me dieran la oportunidad, hasta que pude estar en los teatros. En esa época grababas en casetes, venía poca gente, los vehículos donde nos llevaban a cantar se quedaban en la calle. Al reunirme con Pedro Carlos Herrera le dije que quería grabar canciones yucatecas que suenen a hoy. Hicimos un primer disco que fue el detonante de mi carrera. He estado en China, Panamá y Cuba.

Admiro a Angélica Balado y Felipe de la Cruz. Mi compromiso es  promover y apoyar a los compositores, porque estoy seguro que esas canciones, dentro de 20 ó 30 años, serán las que escriban la historia de la música en Yucatán.

Ser parte de los intérpretes que marcan la historia de la música en Yucatán marca mi vida: tengo que esforzarme, prepararme más, llegar a las nuevas generaciones, que la música siga brillando y abrir puertas a los compositores de hoy. La vida se va en un suspiro, no hay tiempo, sólo nos queda vivir felices y yo lo estoy aplicando”, dijo esa noche. Felicidades a Jesús por su sencillez, su generosidad, su familia y su gran talento. Nosotras también le entregaremos un reconocimiento por los diez años que lleva cantando en “Mestiza Power”.