La restauración del Palacio del Gobernador, 1948
José Erosa Peniche y Manuel Cirerol Sansores dejaron una huella imborrable en Uxmal, gracias a que aprendieron en el campo de trabajo.
Durante la temporada de 1948, las labores de restauración en el Palacio del Gobernador se enfocaron principalmente a finalizar los sectores del edificio que comenzaron a restaurarse en 1936.
En la sección oriente del sector norte se concluyó la restauración de la columna de mascarones de la fachada, en tanto que en el edificio sur se afianzaron los mascarones que forman parte de la esquina que estaban removidos por los factores ambientales.
En el friso se encuentra una serpiente que circunda toda la fachada superior del edificio que fue necesario consolidarla, debido a que se habían desprendido unas piedras y otras estaban fuera de su lugar.
El caballete lo constituyen dos hiladas de piedra que se inclinan al exterior y rematan en el techo del edificio. Un buen porcentaje de las piedras del caballete se habían desprendido.
A partir de haberse encontrado todos estos elementos arquitectónicos al pie del edificio se procedió a reintegrarlos nuevamente a su lugar original para proporcionar unidad a todo el friso.
Durante las labores de limpieza y retiro de escombro en la cubierta del edificio se identificó una grieta de entre ocho y quince centímetros de ancho en la parte posterior de la fachada norte.
Este agrietamiento hizo necesario liberar toda la grieta y posteriormente inyectar mortero para consolidarla nuevamente. El resto de la cubierta o techo se limpió y se desalojó un estrato de hasta 80 cm de tierra que fue arrojada en el extremo poniente del basamento del Palacio del Gobernador.
La escalinata de acceso al Palacio del Gobernador no se había restaurado en su totalidad en las temporadas de trabajo anteriores. Por lo tanto, fue necesario intervenir los ocho tramos que habían quedado pendientes de restaurar.
Estas intervenciones dieron unidad al edificio y de allí se obtuvieron diversas lecturas e interpretaciones. Después de 13 años de arduo trabajo, José Erosa Peniche y Manuel Cirerol Sansores dejaron una huella imborrable en los edificios del Cuadrángulo de las Monjas, el Templo del Adivino y el Palacio del Gobernador.
Estos dos yucatecos fueron los primeros especialistas que se formaron en el campo y establecieron técnicas que hasta hoy se siguen aplicando.