Jubilaciones coaccionadas

El retiro anticipado no es una “gracia” de la Secretaría de Educación, ni del Instituto de Evaluación, es un legítimo derecho del trabajador, que debe hacer efectivo sin presiones ni amenazas.

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Mucha intranquilidad están generando entre los maestros ciertos mensajes que andan circulando en las redes sociales donde se les advierte que, para jubilarse, necesitarán trabajar hasta los 65 años de edad sin importar si se es hombre o mujer.

En otro de ellos, les dicen que a consecuencia de la reforma educativa, si ya tienen 55 años cumplidos, es mejor que se retiren y terminarían cobrando una pensión de veinte mil pesos mensuales, de lo contrario, si reprueban el examen que les aplicará el Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE), podrían perder esa cantidad, ya que serán separados de su función como maestros.

Estos mensajes tienen un poco de verdad y mucho de mentira, pues, en el caso del Isstey, está prevista la jubilación necesaria con 55 años cumplidos y, al menos, 15 años de aportaciones a la institución. El monto de su pensión quedaría determinado por los años trabajados y sujetándose al tabulador vigente de las pensiones. Por ningún motivo hay que esperar a los 65 años para jubilarse.

En cuanto a la ley del Issste, los casos pueden ser muy diversos, ya que, después de la reforma a su sistema de pensiones y jubilaciones, algunos trabajadores se cobijaron en el artículo décimo transitorio que les permitió conservar el antiguo régimen de jubilaciones; en otros, las jubilaciones se fueron ajustando a más años cumplidos del trabajador hasta llegar a los 65 años con los trabajadores nuevos. Por último, unos más eligieron las cuentas individuales de las Afores.

El retiro anticipado no es una “gracia” de la Secretaría de Educación, ni del Instituto de Evaluación, es un legítimo derecho del trabajador, que debe hacer efectivo sin presiones ni amenazas.

Propagar mensajes amenazantes sólo crea pánico entre los maestros que temen perder su jubilación. Ayúdanos a difundir la información correcta, ya que muchos de ellos dejan el servicio por el miedo a las consecuencias de la evaluación. No olviden que, si un maestro de base se retira, rápidamente es sustituido por contratos, y éstos no contribuyen al fondo de jubilaciones de los institutos.

No hay que caer en pánico, ya que faltan, al menos, tres años más para que los maestros de base presenten el temido examen, por ahora a trabajar tranquilamente y prepararse para cuando llegue el día.

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