El juego de pelota y el estatus divino

El juego de pelota de cadera tiene 2,500 años de antigüedad. Sin embargo hay pocos estudios relacionados con el cambio en la práctica de este deporte prehispánico.

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En el golfo o en la región de Veracruz, durante el Postclásico, el juego de pelota que los españoles registraron en sus crónicas fue el que se practicaba con aro como meta, en el cual, cuando uno de los dos equipos lograba la anotación, ganaba todo. El juego de cadera, tlachtemalacatl en náhuatl, sin aro se registra desde el Clásico Tardío y luego se hace común durante el Postclásico. El juego de pelota de cadera tiene 2,500 años de antigüedad. Sin embargo hay pocos estudios relacionados con el cambio en la práctica de este deporte prehispánico. 

Las dos evidencias tempranas en el golfo son: una grande y angosta cancha -de 78 m de largo por 7 m de ancho-, con un espacio para el público y en el otro extremo una residencia de la elite y, en el Manatí, donde se halló una ofrenda con pelotas de hule como parte de rituales de petición de lluvia, con hachas pulidas y entierros de neonatos, además de cerámica temprana, jades y bebidas a base de cacao. Todo constituye una fuerte relación entre el juego de pelota, el sacrificio humano y el agua.

Del Preclásico Temprano al Medio (900-500 aC), las canchas ya existían desde el Altiplano hasta Yucatán, con proporciones 1:2 a 1:4, orientadas en dirección norte-sur.  Entre los años 400 y 100 aC, las canchas aparecen en sitios de Michoacán y Jalisco, con dimensiones variadas, pues las hay chicas, grandes, anchas y angostas; se diversifica la orientación y las canchas pasan a ser fundamentales en la traza de las ciudades, pero ninguna tiene aro.

La creencia en Mesoamérica desde el año 100 aC es que el jugador sacrificado no muere, pues la cabeza decapitada sigue viva y puede embarazar a una mujer. El sapo es otro símbolo que se asocia con la lluvia y la tierra. Las volutas significaban humo, agua, sangre, palabra o alimento vital.

Hacia el centro del golfo, el juego se relaciona con lo celeste: aves, murciélagos, sacrificios, decapitación, esto último parece ser una tradición que migró del juego viejo al Clásico Tardío. Durante el Postclásico el perdedor era el decapitado. En el área del golfo el ganador era quien perdía la cabeza. En el área maya se considera que los cautivos eran los sacrificados. Pero esta forma de muerte determina el estatus semidivino  para obtener la gracia de los dioses.

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