Juegos psicológicos

Como todo acto humano, el chantaje es de quien lo trabaja: del inseguro, del manipulador, del dependiente... No reaccionemos a los 'instintos' de los demás o seremos, simplemente, cómplices.

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La mentira, el engaño y la manipulación rompen toda confianza.-  Anónimo 

Las personas inseguras lo reflejan en su trato, ya que intentan manejar a otr@s para lo cual emplean diversas técnicas sentimentales. Lo hacen para llenar su necesidad de seguridad y control; viven relaciones deshonestas puesto que no respetan sino que utilizan a las personas, no saben amar.

Así se da el “chantaje afectivo” que está muy ligado a la manipulación por medio de la culpabilización, y es cuando aparece el mensaje: “Si me quieres, entonces debes de hacer esto”, o bien: “Tú tienes la culpa de mi sufrimiento”. Igualmente es común manipular con amenazas, y por “temor” se hace lo que el otr@ quiere.

La manipulación se basa en dos cosas: la falsedad y la dependencia sentimental irracional. La falsedad se da al responsabilizar a otros de aquello que uno hace o “sufre” sentimentalmente; lo triste es que esa falsedad no se percibe, ya que al ser dependiente de sentimientos irracionales no ve el engaño que a sí mismo se fabrica.

Está claro que el punto clave de todo son los sentimientos. La manipulación ocurre cuando se es “esclavo” de dichos sentimientos, ya que se pierde contacto con la realidad.

Lo que evita caer en la manipulación y/o chantaje afectivo es vivir de acuerdo con esta verdad innegable: “Cada quien es responsable de sus actos”. Los llamados “juegos psicológicos”, a los que hacemos referencia, aparecen cuando no somos capaces de entender, ni de gobernar nuestros sentimientos.

Solamente al hacer contacto con la realidad podemos llegar a la aceptación de la verdad para actuar con dignidad e inteligencia.

Hay que tomar en cuenta que la persona deja de manipular o de “jugar” cuando no encuentra respuesta a sus exigencias. A veces el amar se identifica con “ceder a todo”. Esto descompone cualquier relación; el amor es una realidad más amplia y más rica.

Tengamos presente que el ceder a la manipulación no es expresión de amor y lo mejor que puede hacer quien ama es no ceder. No hay necesidad de enojarse para no permitir la manipulación, simplemente, no se permite. 

Amar es no aceptar relaciones falsas. Ama quien tiene muy claros sus principios y valores que redundan en paz interior, comprendiendo muy bien las diversas situaciones y sabiendo exactamente lo que le toca hacer. De cada quien depende vivir libre de manipulaciones y chantajes afectivos.

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

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