Jugar con fuego

Algunas páginas de internet y revistas especializadas de salud muestran un panorama general del “avance” que la ludopatía ha tenido en diferentes sociedades.

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La noticia de que los yucatecos que gustan de frecuentar los casinos generan a estos negocios ganancias de 121 millones de pesos mensuales pareciera increíble, sobre todo cuando se trata de una actividad “recreativa” que suele convertirse en vicio.

Algunas páginas de internet y revistas especializadas en el ámbito de la salud muestran un panorama general del “avance” que la ludopatía ha tenido en diferentes sociedades del mundo, entre ellas, desde luego, la mexicana.

Según especialistas canadienses que publican en la revista “The Lancet”, la patología, sí, patología ha diversificado sus formas de llegar a sus consumidores y aquel que ha caído en las garras del juego de forma desmedida encuentra cómo perpetuar el problema, ahora también on line.

Y esto porque la adrenalina, la emoción y la adicción que genera la apuesta ya se pueden percibir sin salir de casa y con unos cuantos “clicks” de computadora.

La fuerte reacción que percibe el cuerpo humano producto del juego es, como se vio hace algunas semanas con el fallecimiento lamentable de una persona en una sala de juegos, sin duda un mal de grandes proporciones del que pocos han logrado escapar.

Recién me comentaba un buen amigo: Yo debí mucho, una vez bateé, pagué y ya no volví, pero antes experimenté incluso días enteros sin dormir y apostando en una máquina de casino.

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