La alquimia del químico Pedro Granier

El exgobernador de Tabasco Andrés Granier parece recurrir a una receta propia de tardío alquimista en su intento de evitar comparecer, contra lo que prometió ante sus verdugos.

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La alquimia fue la práctica esotérica de quienes pretendieron transmutar la materia y convertir cualquier metal en oro. Y, por necias que fueran, su práctica y experiencias determinaron el desarrollo inicial de la ciencia química.
Alquimistas, les dicen también a quienes, para ganar elecciones, aplican fórmulas pestilentes para hacerse del poder.

El exgobernador de Tabasco encamado en el Hospital Ángeles, a quien desde su campaña por el ayuntamiento de Centro (municipio donde se asienta Villahermosa) se le conoce mejor como El químico Granier (su carrera universitaria es de químico farmacobiólogo; dirigió el Laboratorio de Análisis Clínicos del Seguro Social y jefaturó en Tabasco el de Toxicología de la procuraduría que hoy lo persigue), parece recurrir a una receta propia de tardío alquimista en su intento de evitar comparecer, contra lo que prometió (en envidiable entrevista con Carlos Loret de Mola) ante sus verdugos.

Su receta incluye, entre otros, estos ingredientes: pésima administración, abandono de hospitales, estela de saqueo, exilio inexplicable, fanfarronadas de borracho y arrepentimientos de crudo; votos de probidad, retorno a México y entrega de pechito (¡y sin amparo de la justicia federal!) ante la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada; repentino mal de coronarias y alegato de un “fuerte dolor” en el pecho (certificado por cardiólogos del hospital).

¿Resultado?: cumple hoy cinco días y la Procuraduría General de Justicia de Tabasco sigue esperándolo.
En el ínterin y por el periodista Omar Sánchez de Tagle, se supo que, mientras Granier llevaba 14 o más horas de las 32 (con algunos descansos) que duró su comparecencia ante la SEIDO, la Procuraduría General de la República solicitó su arraigo por 60 días, pero que el juez que estudió el requerimiento lo negó, porque no vio sustento ni documento en que El químico desviara o autorizara el desvío de los mil 900 millones de pesos que, a los ojos de la PGR, se pellizcó (peculado y lavado de dinero).

La misma noche del jueves en que estaba declarando ante el Ministerio Público federal, la Procuraduría estatal tramitaba su arraigo, lo cual llama mucho la atención, porque sabía ya que agentes de la PGR lo custodiarían hasta Villahermosa para presentarlo, “dada la propia manifestación del ex gobernador Granier Melo de querer comparecer en forma voluntaria ante las autoridades que lo requieran en el estado de Tabasco, a fin de garantizar la seguridad del ex gobernador”, como señaló en un comunicado. 

¿Quién en el gobierno tabasqueño no tomó en serio el compromiso ¡boletinado! de la PGR?
Y en eso estaban las cosas cuando, poco antes de que amaneciera el viernes, Granier fue internado por su abogado (Eduardo Luengo) en el hospital donde comenzó a correr el arraigo de 30 días logrado por la procuraduría tabasqueña.

Previsiblemente, El químico no estará en el Ángeles (al menos vivo) tantos como 30 días. 
Conseguir el oro de su libertad es el empeño en que, desde su cama, trabaja El alquimista Granier. 

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