La cúpula empresarial de Chetumal cerró filas por la amenaza representada por el reforma hacendaria, ya que acabaría con el IVA preferencial en zonas fronterizas, para pasar del 11 al 16 por ciento. Sin embargo, Hacienda se mantiene en lo dicho, ya que según su titular Luis Videgaray esta tasa beneficia a intermediarios y empresas, no al consumidor.

Pero según Jorge Marzuca Ferreiro, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), la economía del sur no resistiría un aumento tan significativo, y en la capital del estado puede estar su economía en la cuerda floja, al borde del colapso.

Los empresarios van a defenderse con uñas y dientes, aunque sus diputados federales tengan otra agenda porque no andan en campaña. Lo inquietante es que la lumbre ha llegado a los aparejos de un sector privado local que no vive sus mejores momentos que digamos, como lo confirma el cierre de establecimientos y su postura a la defensiva, contemplando el aterrizaje de franquicias y todo tipo de negocios con mando foráneo.

A ello se suma la situación complicada de la burocracia municipal y estatal que ha disminuido o frenado su ritmo de compras, dejando restaurantes vacíos y negocios en picada. Muchos chetumaleños tienen comprometidos sus ingresos en tiendas departamentales, consultando el ábaco para darse una escapadita al cine.

El auge de las casas de empeño es un indicador de la mala marcha de la economía en el sur, donde podemos contemplar la proliferación de limpia parabrisas y vendedores ambulantes. Y en el lado más tenebroso podemos enumerar los delitos con sus variantes: robos a casas habitación, asaltos en el bulevar y en farmacias, robos de vehículos en plazas comerciales, cristalazos.

Por ello pegaría como patada de mula el aumento del 11 al 16 por ciento en el IVA, carta que no pretende retirar el titular de Hacienda, Luis Videgaray. Y los empresarios del sur no ignoran las dimensiones de la amenaza que será cumplida, salvo que ocurra un milagro.

Arcila ya sueña con la reelección

La oposición panista y perredista se encuentra comodísima con su bajo perfil, dejando que el PRI ocupe todo el tablero. Y hasta Eduardo Martínez Arcila –dirigente estatal del PAN – se da el lujo de soñar con una reelección algo lejana, sin que sea capaz de comprender los alcances de sus errores que provocaron la estrepitosa caída de su partido.

Tan sólo el PAN salvó el honor en el municipio capitalino y en Cozumel. Por menos el Chepo de la Torre fue despedido, pero los panistas siguen soportando los sueños de grandeza de su deficiente dirigente que hizo todo lo posible por evitar que Sergio Bolio Rosado encabezara la lista de pluris, ya que impulsaba a Trinidad García Argüelles.