Si la imaginación queda corta frente a la realidad, el dictamen de la Unidad Fiscalizadora del IFE, las reacciones de los afectados y el desenlace del entuerto vuelven divertidísimo el incidente.

A lo sorprendente de que, en lo verificable, solo la campaña de Andrés Manuel López Obrador rebasó el tope de gastos permitido; de que la de Enrique Peña Nieto resultara más barata, y la de Josefina Vázquez Mota menor a dos terceras partes de lo autorizado, siguieron las ya muy desacreditadas interpretaciones paranoides y las descalificaciones a la autoridad.

Enterarse, sin embargo, de que todo este desmadre lo causaron dos de los partidos que apoyaron a AMLO, le pone al incidente un aderezo de humor involuntario que supera al predecible en cualquier vodevil (comedia frívola, ligera y picante, de argumento basado en la intriga y el equívoco, que puede incluir números musicales y de variedades).

Al informe de la Coalición Movimiento Progresista por algo más de 286 millones de pesos, el PT y Movimiento Ciudadano salieron con la batea de babas de agregar los suyos, ¡con 84.3 millones más!