Lamentablemente, la capital de un estado turístico importante a nivel internacional, como lo es Quintana Roo, está sumida en una problemática que no se ve para cuándo tenga solución; mientras tanto, tendremos que seguir aguantando los olores fétidos y basura regada en la calle porque tenemos un servicio de recolecta pésimo. 

Aunque a algunos servidores públicos no les guste hablar del tema, la realidad es más que evidente, miles y miles de quejas de colonias en-teras no son inventadas, y mucho menos sacadas de un cuento; la mala administración municipal de la capital del estado ha sumergido las calles y avenidas en ríos de basura. 

Mucho se debe a la anarquía total que se vive dentro del ayuntamiento capitalino, donde todos hacen lo que quieren sin que nadie lleve la batuta; es por todos conocida la “ordeña” que realizan en la dirección de Servicios Públicos Municipales a los camiones, la sustracción de autopartes, así como el uso de las mismas para fines ajenos a los destinados. 

Hay que reconocer que si no fuera por los trabajadores que conforman las “Brigadas del Bienestar” del gobierno del estado, la mayoría de la ciudad estuviera sumergida en montones de desperdicios. 

Es necesario que cumplan con la obligación de recolectar la basura, ya que esto es un mandato establecido en la Ley Orgánica del Poder Público Municipal. Es necesaria la creación de un plan o proyecto para atender de raíz la cri-sis sanitaria, ya que el sistema actual es nocivo para el ambiente y es la causa principal del mal servicio que se brinda en el municipio. 

El problema de recolección de basura ha llegado a tal grado, que pueden apreciarse por to-da la ciudad montones de basura acumulada en casi todas las esquinas, despidiendo un fétido olor, que sin duda, posteriormente, causarán problemas de salud en los habitantes, algo que quizás no le importe mucho a las autoridades municipales quienes han dejado crecer la situación a tal magnitud. 

La basura doméstica está formada principalmente de plásticos, cartones, papel, restos de comida, madera, cenizas y envases de cristal y de metal o de hojalata, que generalmente se acumulan en lugares destinados para ello al aire libre y originan muchos problemas higiénicos y la proliferación de numerosas bacterias y virus que causan muchas enfermedades, así como plagas de ratas, cucarachas y varios tipos de insectos dañinos para el hombre.

Además, cuando llueve esta gran acumulación de desechos contaminan las aguas cuando son arrastrados hasta los ríos, los lagos y el mar, así como a los depósitos subterráneos de agua, cuando estos se encuentran en terrenos permeables. 

Sin lugar a dudas este será un problema serio al cual se enfrentará la siguiente administración municipal, porque se ve difícil que en los pocos meses que le resta a la actual tenga para empezar el interés de ponerle fin a un problema que ellos mismos dejaron crecer a grandes escalas.

Secretarías claves

Sin lugar a dudas los enroques realizados últimamente por el jefe del Ejecutivo estatal han si-do acertados colocando a gente capaz, por ejemplo Rafael Muñoz Berzunza, en la Secretaría de Ecología y Medio Ambiente del estado, la cual ha tenido un giro de 360 grados desde la llegada de este funcionario. Muñoz Berzunza no es ningún improvisado en la materia, conoce de punta a punta las leyes ambientales, lo que lo convierte en uno de los funcionarios más con-fiables del gabinete.

En la Secretaría de Desarrollo Urbano, Mauricio Rodríguez Marrufo ha sido un elemento clave, incluso desde mucho tiempo atrás, ya que es gente cercana a Roberto Borge y hasta el momento ha desempeñado un papel excelente. 

Y tal como lo mencionamos en editoriales pa-sadas, desde esta semana Karla Blancas Pizaña, fue designada como gerente general de Liconsa, situación que fue aplaudida por los sureños, que ven como espacios importantes están siendo ocupados por gente profesional y comprometida