Cuestioné aquí el lunes lo seco, por no decir cicatero, que había sido el reconocimiento del PAN y el PRD al limpio y exitoso operativo de la Policía Federal el viernes en la Autopista del Sol. Un par de días después sostengo el cuestionamiento. Ambos partidos han optado por una cautela que colinda con la niebla. Ni pichan ni cachan.

Morena, en cambio, es pura rotundidad. El movimiento lopezobradorista tiene muy claro su papel de oposición a ultranza del gobierno peñanietista y el Pacto por México.

Para Morena, Peña Nieto (nunca el Presidente) le declaró “la guerra al magisterio democrático”. “Democrático”, porque los maestros son el “último bastión de defensa de la educación pública”. De ahí que lo visto hasta el momento sea apenas el inicio de un “movimiento popular que puede durar meses, porque la irritación y la rabia han crecido como nunca”.

Podrán estar equivocados una vez más, podrán estar exagerando y desvirtuando como de costumbre, pero son la oposición con voz propia en un conflicto tan delicado.

Me quedo con un tuit del presidente de Morena, Martí Batres, difundido el domingo: “Un hombre inculto no tiene autoridad moral para criticar la falta de formación magisterial”.

Y con este otro, enviado ayer, cuando los integrantes de la CETEG perfilaban la posibilidad de tomar la Autopista del Sol este miércoles: “Hubo uso de la fuerza, el gobierno federal falló”.

Con líder, candidato, presidente de partido, seguidores de a de veras, discurso radical y la convicción de ser la oposición y la izquierda, Morena no tiene problema para leer la realidad mexicana.

La ambigüedad no es morena.