La decadencia del usuario

La irrupción de las redes sociales en la vida diaria trajo consigo no sólo un cambio de paradigmas y conceptos...

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La irrupción de las redes sociales en la vida diaria trajo consigo no sólo un cambio de paradigmas y conceptos, también una válvula de escape para una sociedad cada vez menos interesada en asumir sus responsabilidades. 

Desde el acoso escolar a las denuncias sociales, pasando por las quejas sin sentido, internet se convierte día a día en un espacio donde el común de la sociedad deja de lado las opciones creativas para vivir de la imagen que forman tras sus avatares. 

En sus orígenes sociales, la web se consideró como una plataforma donde compartir información entre universidades, y con su popularidad, logró conectar como nunca a la humanidad, abriendo posibilidades creativas y de negocio con muchos casos de éxito, como los mismos Facebook, Twitter e Instagram. 

Hoy en día, la visión emprendedora ya no tiene su origen en la web, sino que se sirve de esta para difundir el producto del ingenio humano, situación que a pesar de no ser del todo negativa, sí pone de manifiesto que internet pasó de las manos de los creadores, a la de aquellos que sólo se mueven por la gracia del ocio, encontrando en la red de redes el espacio adecuado para su desidia social.  

Ejemplo de esto es la extraña e imperiosa necedad de encontrar en las redes sociales la "causa" de los problemas comunes, o en su defecto, anteponerle el término "ciber" para hacerlas pasar como algo nuevo o actual, cuando en esencia son más antiguas que la red misma. 

Tenemos como muestra el horrendo problema del "bullying", o en español, el acoso, principalmente en las escuelas. Dentro sus "modalidades" ahora se da por llamarle "ciberbullying", porque se realiza a través de las redes sociales, y se enfatiza como una "novedosa" forma... aunque sea el mismo problema, utilizando otros medios. 

Bajo este entendido, la sociedad enfoca sus baterías e indignación hacia la forma y no al fondo de la situación, anteponiendo al problema social y de valores que conlleva al acoso escolar,  al hecho que sea "digital"… y listo, tienen al “chivo expiatorio perfecto”, pues en lugar de encontrar con ayuda profesional las razones del comportamiento agresivo, se contentan con satanizar a las redes sociales, prohibir su uso y minimizar el potencial educativo de internet. 

Otra situación, muy común y peligrosa, es la denuncia sin fundamento que se realiza todos los días en Twitter y Facebook. Un curioso ejemplo para salirnos del contexto nacional, ocurrió en Australia la semana pasada, cuando un padre de familia intentaba encontrar la "toma perfecta" de una "selfie" con un afiche de Darth Vader, situación que una señora confundió y le acusó en las redes sociales por supuestamente haber tomando fotos a sus hijos. 

La confundida mujer logró que la fotografía del sujeto se viralizara en Facebook, acompañada de fuertes señalamientos contra la integridad del padre de familia, y cuando éste se enteró, acudió a la policía y logró aclarar el asunto, sin embargo, su integridad quedó marcada, pues muchos usuarios se fueron con la finta, y dieron por hecho lo que la señora afirmó haber visto, sin tener pruebas.  

Los usuarios de las redes sociales, cuesta aceptarlo, están transformando lo que otrora fuera un espacio de invención y emprendimiento, en un "lavadero" de chismes y noticias falsas, y en especial, en el chivo expiatorio para no asumir su responsabilidad social, no sólo en contra del acoso escolar, sino hacia la educación en sus hogares, pues en lugar de explicar qué, cómo y cuándo internet puede ser útil en nuestras vidas, prefieren prohibir su empleo en forma proactiva, reduciendo a la red a un chiste del tamaño de un meme. 

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