La despedida de Calderón

No obstante que el tiempo pasa y todo lo gasta, Juan Carlos mantiene un alto reconocimiento mundial, superior al que le tienen actualmente en España.

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Y si no les gustan estos defectos, tengo otros, peores. Florestán

La Cumbre Iberoamericana de Cádiz fue el escenario para una gran despedida a Felipe Calderón, que encabezó el rey Juan Carlos de España, acompañado de todos los mandatarios presentes en la cita que de anual pasará a bienal, a 22 años de la primera, celebrada en Guadalajara en 1991, a convocatoria del presidente Carlos Salinas.

De entonces a la fecha, el mundo es otro, solo el rey de España permanece como decano fundador de esta cumbre, y ya no en sus mejores condiciones físicas o de imagen de la corona, fundamental para España en el momento decisivo de tránsito de la dictadura franquista a la democracia sin romper una ventana y en lo que el monarca fue esencial al punto que no se podría entender la España democrática de hoy sin su rol. No obstante que el tiempo pasa y todo lo gasta, Juan Carlos mantiene un alto reconocimiento mundial, superior al que le tienen actualmente en España.

El hecho es que el monarca español encabezó el homenaje de despedida a Calderón, lo que fue respaldado por los presidentes reunidos en Cádiz.

En la cumbre andaluza fueron dos los temas centrales: para España, la crisis económica, hoy que atraviesa el peor desastre financiero de la democracia, y para América Latina, la lucha contra la delincuencia organizada, atrapada hoy en la incertidumbre de la legalización de la mariguana, puerta abierta en dos estados de la Unión Americana sin que nadie pueda asegurar qué hay del otro lado.

En este escenario fue el reconocimiento multinacional al presidente Calderón, reconocimiento que un sector del país le niega por razones electorales y de partido, una fracción del suyo incluido.

Dentro de nueve días iniciará una vida diferente, cuando arranque el año más difícil del sexenio, el séptimo, lo que un ex presidente no conoce bien a bien hasta que lo vive, o sobrevive.

RETALES

1 Gabinete. La idea era, y sigue siendo, que el presidente electo dé a conocer a los integrantes de su gabinete el próximo día 29, a su regreso de Washington. Pero algunas voces le sugieren que lo haga antes del viaje, por aquello de las percepciones. La decisión es solo suya;
2 manita. Octavio Romero, de todas las confianzas de López Obrador, declinó al igual que Paco Ignacio Taibo, César Yáñez, su vocero, y Ricardo Monreal, entre otros, apuntados a la presidencia de Morena, con lo que pavimentaron el camino al favorito de AMLO, Martí Batres. Ya sabrán quién operó; y
3 protesta. Se confirmó lo que le había adelantado: Peña Nieto protestará como Presidente de la República ante el pleno del Congreso, el 1 de diciembre, y el mensaje lo trasladará a Palacio Nacional, a pesar de las advertencias de bloqueos, marchas y protestas.

Nos vemos mañana, pero en privado

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