La iniciativa del pacto

El Pacto es estructuralmente débil: no es un mecanismo constitucional que obligue a llegar a acuerdos y que por tanto garantice políticas de gobierno.

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El Pacto por México revela de manera inequívoca el agotamiento del sistema presidencialista.
El la diversidad social del México actual, que debidamente se traduce en pluralidad política, el presidente de la República está incapacitado para gobernar sólo con su partido, teniendo la necesidad de acordar con otros cada decisión que pasa por el Congreso.

Esto es perfectamente razonable, ya que el partido gobernante ganó las últimas elecciones con poco más de la tercera parte de los votos, lo cual haría antidemocrático y absurdo que las decisiones se tomaran al margen de la opinión de las otras dos terceras partes de la sociedad, también representadas en las cámaras.

El Pacto suple una deficiencia del sistema, pues establece un espacio plural de consenso para alcanzar acuerdos políticos que puedan efectivamente traducirse en mayorías legislativas pluripartidistas que los consagren. Funciona así como un remedio para hacer en México algo semejante a lo que se hace en muchos países con democracias estables: gobernar con un sistema parlamentario.

En estos regímenes, el presidente no es electo por voto directo, sino por los diputados. Para esto debe obtener una mayoría parlamentaria que con frecuencia exige aliarse con otros partidos, formando gobiernos de coalición.

Así, por un lado, al momento de constituirse, el gobierno cuenta ya con una mayoría legislativa que le permitirá sacar adelante sus proyectos; por el otro, estos proyectos ya no serán los del partido del presidente, sino otros nuevos, resultado de los acuerdos con sus aliados. De esta forma, la pluralidad se traduce en gobernabilidad.

Pero el Pacto es estructuralmente débil: no es un mecanismo constitucional que obligue a llegar a acuerdos y que por tanto garantice políticas de gobierno, Se basa en acuerdos momento a momento y no incluye depositar responsabilidades de gobierno en otros partidos, elemento central de las coaliciones en el parlamentarismo.

Las necesidades del país rebasan el actual sistema político. Los síntomas son evidentes y la firma del Pacto es un reconocimiento de este agotamiento.

Es necesario tener la madurez política y social para traducir este reconocimiento en mandato constitucional, dando paso a un régimen parlamentario.

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