La lepra y sus combatientes

En México la lucha contra la lepra la inicia Hernán Cortés al fundar el primer hospital de san Lázaro en 1528.

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Aunque existe evidencia histórica de la lepra desde hace 5,000 años, es hasta 1843 que se publica el primer estudio científico de esta enfermedad en el mundo y  fue realizado en México por el ingeniero, médico y sacerdote Ladislao de la Pascua, cuyo nombre lleva con toda justicia el primer Centro Dermatológico de México; posteriormente en Noruega Danielsen y Boeck en 1868 realizan un atlas sobre la lepra y su discípulo G.A. Hansen en 1874 descubre el microorganismo causante de la enfermedad; después, en Francia, Cazenave hace una clasificación de la enfermedad.

En México la lucha contra la lepra la inicia Hernán Cortés al fundar el primer hospital de san Lázaro en 1528, en el que quizá había más pacientes de sífilis que de lepra; pero en 1532 Nuño de Guzmán  lo cierra quedándose con la propiedad, argumentando que por ahí pasaba un acueducto que abastecía a la ciudad. En 1562 el médico Pedro López crea el segundo hospital de san Lázaro que por tres siglos dio cobijo y consuelo a los leprosos, porque no existía un tratamiento curativo; al final de este lapso algunos de estos pacientes  tuvieron el privilegio de ser atendidos por el gran médico y humanista Dr. Rafael Lucio Nájera, quien en 1851 describió una forma particular de lepra que, junto con un hallazgo histológico de esta enfermedad,  llevan su nombre y son mundialmente reconocidos; además fue médico del emperador Maximiliano, del que recibió una condecoración y también fue uno de los médicos del presidente Juárez -la medicina no tiene ideologías-,  a quien  asistió en su lecho de muerte; por eso tiene una estatua en el Paseo de la Reforma y una calle de la ciudad de México lleva su nombre.

En 1910 el Dr.  J. González Ureña plantea la necesidad de iniciar una profilaxis antileprosa, pero las condiciones políticas del país no estaban para esas prioridades, haciéndose realidad hasta 1930.  El Dr. Faget usa la sulfona en 1941 para los pacientes de lepra, con resultados curativos -descritos en la novela “Milagro en Carville- y se inicia una nueva era en el tratamiento de la enfermedad, que por siglos se había manejado con empirismo y curanderismo; en México se usó desde 1946, después de que un medicamento con tinte político “la plualvarina” -por Plutarco y Álvaro- había dejado ciegos a algunos enfermos.

En 1960 el Dr. Fernando Latapí inicia un nuevo esfuerzo en el control de la enfermedad con ideas innovadoras y  un comprometido equipo de trabajo. Él decía: “La lepra tiene para todos” por su manejo multidisciplinario, pero tres años después es sustituido y se burocratiza esta noble labor. 

Después de que estos gigantes de la medicina iniciaron la lucha contra la lepra, los médicos actuales que van sobre sus  hombros tienen la responsabilidad histórica de concluirla, aunque, según el papa, en el Vaticano  ya existe una nueva forma de lepra.

PD: Para Itzel, que se prepara para sumarse a la lucha.

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