Empieza julio y llegan las vacaciones y como es costumbre muchas personas alistan sus maletas y se lanzan a la playa, costumbre con mucho arraigo entre los yucatecos. 

Para poder disfrutar a plenitud de las playas, éstas deben estar cien por ciento libres de situaciones que lejos de darnos placer nos puedan ocasionar un daño, sobre todo a la salud. 

Es precisamente en este mes que las aguas del Golfo de México, debido a las características naturales de vida de la flora marina, empiezan a tener una serie de cambios que en ocasiones se tornan propicios para la formación de la llamada marea roja. 

La marea roja es producida por diversas algas microscópicas presentes en los distintos océanos del planeta. Se puede observar tanto en agua salada como en agua dulce. 

Se llaman mareas rojas porque algunas de estas microalgas producen un color rojo en las aguas, pero existen otras que producen colores verde, pardo, amarillo, anaranjado, etc. 

La gran mayoría no produce cambio de color de las aguas. En el Golfo de México y el Mar Caribe estos florecimientos son de color rojo y debido al sitio donde se presenten y la profundidad de sus aguas llegan en ocasiones a pintarse de color anaranjado. 

Las mareas rojas se producen por el aumento de algún tipo de microalga, debido a diferentes factores oceánicos como temperatura, luminosidad, salinidad, corrientes, etc.; y también por otros factores como la contaminación del mar producida por el ser humano. 

Cabe aclarar que la marea roja puede llegar a ser un peligro para los seres humanos, aunque, de los miles de tipos de mareas rojas, sólo un bajo porcentaje puede ser dañino para la especie humana, estamos hablando de un diez por ciento más o menos. 

Una de las consecuencias que acarrea la marea roja, además de algunos problemas de salud, se refiere al trabajo de los pescadores, para los cuales la extracción de varias especies es su única fuente de trabajo. 

Actualmente, la marea roja en sí tiene difícil solución, porque los científicos aún no conocen claramente sus causas. 

También es difícil evitar su propagación, ya que los mares no tienen barreras absolutas y de una región se extiende a las aguas vecinas. 

Ante esto las autoridades de salud ya iniciaron los monitoreos respectivos, esto con el fin de detectar a tiempo si el fenómeno se presenta y tomar las medidas adecuadas de información y difusión, sobre todo entre los hombres de mar, ya que para muchos la pesca es su única forma de sustento.