La maya hoy

Lamentablemente, este sentido de identidad coexiste con un profundo y sólido racismo y una discriminación igual de tenaz.

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El día de ayer se celebró el Día Internacional de la Lengua Materna, iniciando en el estado actividades que se desarrollarán durante varios días. Hace cinco años, con el mismo motivo, ciudadanos de diversas ONG’s entregaron al Congreso del Estado una propuesta de iniciativa para hacer a la maya lengua oficial en Yucatán. Las celebraciones transcurren, pero la Constitución no se conmueve.

Nuestro estado y su población merecen que las lenguas maternas se celebren dando igualdad de derechos a todos los yucatecos, independientemente de qué idioma hablen.

Se ha avanzado en el terreno de las ideas, pues si bien hoy sobrevive una pequeñísima minoría que se jacta de no tener más ascendencia que la de los forajidos que en el siglo XVI violaron, saquearon y asesinaron tan masivamente que conquistaron el territorio invadido, la inmensa mayoría de los yucatecos reconocen en lo maya, incluyendo la lengua, no sólo una de sus dos principales raíces, sino la gran matriz cultural que ha producido muchas de las particularidades sociales de Yucatán.

Lamentablemente, este sentido de identidad coexiste con un profundo y sólido racismo y una discriminación igual de tenaz. Como se ha visto por mucho tiempo, la valoración social de algunos elementos de la cultura maya -su pasado histórico, su cocina y hasta su lengua- no ha llevado a las conclusiones políticas más evidentes.

Una de ellas es que, más allá del romanticismo con el que se desea la sobrevivencia de la maya, del uso lúdico de uno que otro vocablo, e incluso de la institucionalización y las celebraciones generadas en torno a ella, es necesario reconocer que se trata de la lengua de tres de cada diez yucatecos.

Es decir, Yucatán es un estado bilingüe como ningún otro de la República y, sin embargo, el 30% de su población adolece del reconocimiento legal mínimo indispensable para asegurar no sólo la sobrevivencia de la lengua, sino también para garantizar el ejercicio de sus derechos humanos.

El tema central en estos momentos de celebración de la diversidad lingüística es establecer la identidad de derechos constitucionales de quienes hablan castellano y de quienes hablan maya.

Toca al Congreso del Estado dar pleno realce a los festejos que iniciaron ayer.

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