“La moneda de la felicidad es nuestra actitud”

La mayoría de nosotros somos demasiado perezosos o desinteresados para cultivar nuestra actitud.

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Una actitud sana consiste en tener conciencia de los aspectos enfermizos o negativos de nuestra actitud presente. No hay que olvidar que la vida sólo existe en el momento presente. Toda nuestra vida se desarrolla en un presente continuo; nadie puede vivir ni en el pasado ni en el futuro.

Ver el lado positivo de todo lo que nos sucede en la vida no suele ser una predisposición innata; sino se trata de una actitud que podemos cultivar con tiempo, paciencia y atención interna.

La actitud es un don de Dios. Si tenemos una buena actitud positiva será porque hemos nacido con ella. Hay personas con actitud positiva y otros con una actitud negativa. Tal vez los primeros nacieron con una predisposición naturalmente en ser alegres, optimistas y amables, estos son una minoría. 

Porque los otros, son mayoría. La actitud debe de ser cultivada todos los días. La actitud sana es una posesión valiosa y difícilmente lograda, fruto del esfuerzo perseverante.

Sin embargo, todos podemos cultivar nuestra actitud, y esforzarnos en ser positivos. Porque la actitud no es algo dado, sino algo que hay que ganarse.

Hay que luchar todos los días con la persona negativa y pesimista que vive dentro de nosotros. Porque si no estamos en lucha de dominarla, terminaremos convirtiéndonos en víctimas de nuestros pensamientos, que hemos condicionado para ser infelices anticipadamente.

El 90% de los nuestros pensamientos que tenemos hoy son los mismos que tuvimos ayer. Creemos estar pensando cuando, de hecho, son nuestros pensamientos los que nos piensan. 

El cultivo de la actitud requiere de tiempo, paciencia, atención interna y una gran disciplina. Pero la mayoría de nosotros somos demasiado perezosos o desinteresados para cultivar nuestra actitud. Bien decía Henry Thoreau, “Vivimos vidas de quieta desesperación”.

Una de las formas más comunes en lesionar nuestra actitud es con la preocupación. El “Pre-ocuparse, es ocuparse de algo antes de que ocurra”. 
Bien dice el dicho: no te preocupes, mejor ocúpate en solucionarlo; y si no tiene solución para qué te preocupas, y si tiene solución, para qué te preocupas.

Empecemos el día de hoy a cultivar una actitud sana y saludable, hagamos los cambios necesarios para transformar nuestra mentalidad en ser felices con lo que tenemos hoy y ahora. Una actitud sana nos dará la felicidad y la paz espiritual que tanto hemos buscado. Y no olvidemos que la moneda de nuestra felicidad es nuestra actitud.

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