Cinco años después de que le mataran a su hijo, Alejandro Martí asume públicamente (En 15 de esta noche con Carlos Puig), por fin, que, habiendo solo una Güera posible en la banda que cometió el asesinato, se trata de la detenida por la Policía Federal de Genaro García Luna y, por tanto, la mujer que la Procuraduría de Justicia del DF consignó y apodó La Lore, Lorena González Hernández, nada tuvo que ver con ese crimen.

El Apá, entonces, o sea Sergio Humberto Ortiz Juárez, quizá quedó a deber otros probables delitos pero no, como reconoce hoy Alejandro, el del asesinato más emblemático de la incapacidad de las autoridades que tienen la responsabilidad de garantizar la seguridad pública (a las que soltó el tan célebre “¡Si no pueden, renuncien!”). La familia, por cierto, sigue padeciendo el estigma de que aquel señor muriera indiciado como asesino vil.

La Güera (María Elena Ontiveros) que detuvo el auto en que viajaba el niño era, es, precisamente güera: pero que a la morena Lore se le acusara de ser La Güera se antojó siempre una broma demencial.