Festivales culturales en Yucatán hay muchos, que den de qué hablar pocos, que se recuerden solo algunos y que trasciendan se cuentan con los dedos de una mano. Irónicamente en seis horas la Noche Blanca,  sin llegar al nivel de festival, logró ubicarse en el imaginario colectivo de una forma positiva, el esfuerzo de difusión fue intenso y era casi imposible no saber del proyecto.

De estilo europeo como la Fiesta de la Música de Francia, en la que se desarrollan actividades culturales durante la noche, esta iniciativa tiene aciertos y oportunidades para mejorar, porque como dicen el diablo está en los detalles.

El esfuerzo se agradece, pero falta un estudio más fino de la logística, un botón de muestra la obra “Xixtanic” de la Compañía de Cuxum, fue programada para el teatro “Felipe Carrillo Puerto” y el lugar fue insuficiente, provocando la molestia de la gente que no logró entrar. Esa noche tan sólo en la fila había más de 200 personas. ¿Qué pasó?

Las vans dispuestas para la gente, no se lograban ubicar correctamente, aunque las “guaguas” salvaron la noche. En las funciones del Paseo Revolución las gradas taparon la visibilidad de quienes no alcanzaron asiento...

La gente se apropió del centro, le dio vida y eso se agradece, y se agradecería más una evaluación puntual de las dos noches blancas del 2013, para que en el 2014 sea aún más placentera.