La nueva “torre de control-babel”
Si de algo podemos estar orgullosos los mexicanos y sobre todo los yucatecos, es de nuestra preparación y del alto nivel científico alcanzado por nuestros especialistas.
Cuenta la Biblia que, después del Diluvio, todos hablaban una misma lengua. Y cuando los hombres emigraron desde Oriente, encontraron una llanura en la región de Senaar y decidieron construir una gran torre cuya cúspide llegara al cielo, desafiando todos los límites que existían.
Entonces Dios descendió para ver el trabajo de los hombres, y al mirar la edificación despertó su ira ante el orgullo y la insolencia de aquéllos. De ese modo, decidió confundir a los hombres para que no pudieran entenderse.
El nombre de dicha ciudad fue Babel (que es el nombre bíblico de Babilonia), donde Dios hizo a aquella gente hablar en distintas lenguas.
Cuántos siglos han pasado pero qué “semejanzas maravillosas” siguen existiendo en el México de hoy, como dictó en su momento nuestro coterráneo Ricardo Palmerín. Y para muestra me permito citar dos ejemplos:
En primer término les comento que cuando la H. Cámara de Diputados trata de “resolver o atender” algún tipo de asunto crea “comisiones”, que finalmente sólo nos entretienen y con su jeringonza intentan convencernos de sus pírricos logros.
¿Alguien sabe qué resultados tenemos de la “Comisión para investigar los feminicidios” o de la “Comisión Bicameral Especial para esclarecer la muerte de niños y otras víctimas en la lucha contra el crimen organizado”, que pretendió dilucidar la muerte de más de mil 200 niños en enfrentamientos armados? Cuando menos la opinión pública o nosotros los simples mortales carecemos de información pormenorizada, transparente y veraz por parte de nuestros legisladores.
Obviamente el área de la salud no está exenta de florituras verbales y de realizar lo propio cuando de técnicas dilatorias para servir de forma integral a los dolientes se trata.
Destaco lo anterior toda vez que en Medicina falta aún mucho por escribir y entre tanto se logra desentramar algunos aspectos poco definidos y enigmáticos se crean obstáculos, plataformas y puntuales requisitos para poder ser ungidos y así continuar siendo merecedores de “x” o “y” medicamento que evite quedar en “silla de ruedas” de forma permanente. ¡Ah, eso sí: MUY NORMATIVO!
Sólo les recuerdo que, si de algo podemos estar orgullosos los mexicanos y sobre todo los yucatecos, es de nuestra preparación y del alto nivel científico alcanzado por nuestros especialistas, y que no quepa la menor duda de que ya nos estamos cansando de “comisiones” o de las “torres de control-babel”, que sólo obstaculizan y agravan el deterioro de la calidad de vida de quienes padecen problemas reumáticos en Yucatán.