La oración nos puede salvar la vida

Rezar y hacer contacto con Dios no es una opción, es una necesidad, lo malo es que nosotros siempre estamos en 'otras ondas'.

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'El perdón es el más alto logro, porque muestra el verdadero conocimiento en acción.  Demuestra que uno está en contacto con la energía del amor'.  Es frase de Wayne  Dyer y qué cierta es.  El día que hoy comienza, ¿has hecho contacto con Dios? ¿Le diste gracias por la vida y por seguir en este mundo? Dios escucha tu oración si es humilde y confiada, lo malo es que tú no tienes confianza en tu persona.  No te valoras y trabajas en tu autoestima, sólo te criticas y te juzgas sin compasión.

'Es anterior al hombre, superior al hombre y no puede haber sido hecho por el hombre: ¡es Dios!'.  Rezar y hacer contacto con Dios no es una opción, es una necesidad, lo malo es que nosotros nunca sintonizamos su frecuencia, siempre estamos en 'otras ondas'.  Ese diálogo de la criatura con su Creador es un puente para manifestar nuestro amor y una forma de agradecer.  Es, como decía Gandhi: 'Orar es la respiración del alma, podré estar sin alimento, pero sin orar el alma muere de inanición'.

Sin la oración no puede haber conciencia de la propia debilidad.  La oración es la llave que abre la puerta de la mañana y cierra la puerta de la noche. Sólo de Dios viene toda nuestra fuerza, por medio de la oración.  Rezar no es pedir.  Rezar es agradecer.  Cuando encontremos personas que inspiren paz, ésta es generada por su contacto íntimo de la oración con su Creador.  La oración nos puede salvar la vida y hace que no caigamos en la angustia, la ansiedad y la depresión.

El poder conectarnos con el Creador nos llena de paz, alegría y felicidad.  La oración nace cuando nuestra alma tiene necesidad de Dios, no es una opción, es una necesidad.  Cuando nada nos llene, cuando todo esté en nuestra contra, es el momento crítico de ponernos a orar y a dialogar con nuestro Creador.

Gandhi es concluyente cuando dice: 'Para vivir en medio de los hombres es necesaria una fuerza eficaz y absoluta: la oración. El cuerpo humano puede vivir temporalmente sin alimento. El alma sin oración muere. No existe el ayuno de la oración'.

Pero para que la oración funcione tiene que venir acompañada de la acción.  Bien dice el dicho 'a Dios rogando y con el mazo dando'.  Aprendamos a conectarnos todos los días con ese poder interno que tenemos y no usamos: la oración.  La Madre Teresa de Calcuta comparaba la necesidad de orar con la de respirar: '...la oración ensancha los corazones hasta darles la capacidad de contener el don mismo de Dios'.

La reportera Juana Martínez realizó la última entrevista a la Madre Teresa de Calcuta en la India el 2 de septiembre de 1997, tres días después la religiosa se fue con Dios.  Las últimas palabras de la monja, cuando despidió a la reportera fueron: 'El fruto del silencio es la oración, el fruto de la oración es la fe, el fruto de la fe es el amor, el fruto del  amor es el servicio, el fruto del servicio es la paz'.

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