La polémica del Corredor Cultural

Dos lugares muy importantes y estratégicos, han dado de qué hablar en los últimos meses en la Ciudad de México...

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Dos lugares muy importantes y estratégicos, han dado de qué hablar en los últimos meses en la Ciudad de México. Uno de ellos, el terreno que dejará el actual aeropuerto, una vez que la nueva terminal aérea anunciada en la actual administración federal, comience operaciones, de la cual, ya me he referido en anteriores columnas; y por otra parte, el Corredor Cultural Chapultepec, una obra que fue anunciada el mes pasado y que ha generado una gran polémica, debido a que se proyecta transformar una de las zonas más emblemáticas del Distrito Federal, ubicada en la Delegación Cuauhtémoc, que sin lugar a duda es la demarcación con mayor movilidad y tránsito de personas. Esto lo hace sumamente atractivo para inversionistas que en conjunto con el gobierno local, darían un gran impulso y desarrollo a un lugar que al día de hoy, luce deteriorado.

El proyecto que tendría un costo de 951.6 millones de pesos, plantea en convertir la zona de las colonias Juárez, Roma y  Condesa, en una atracción turística y cultural, que conectaría la Glorieta de Insurgentes con el Bosque de Chapultepec, en un recorrido de siete etapas cada una enfocada a representaciones artísticas como, pintura, arquitectura, música, historia, cine, literatura y fotografía. Hasta aquí un proyecto interesante y  muy atractivo, digno de cualquier ciudad de primer mundo.

Como todo proyecto ambicioso, ha generado polémica, detractores y muchas dudas, ya que con el anuncio que hiciera el Gobierno de Miguel Ángel Mancera y Simón Levi, Director de la Agencia de Promoción de Inversiones y Desarrollo de la Ciudad de México, en el que todo el dinero vendría de inversionistas privados, ha hecho plantearse a más de uno, ¿Cuál será el costo real de dicho proyecto? y  ¿Qué intenciones o acuerdos tiene el gobierno local al otorgar a capital privado, un área más que atractiva económicamente?

La única justificación que da Simón Levi, responsable de impulsar el proyecto, es que se debe privilegiar la creación de un espacio cultural y crear infraestructura para atender los problemas de la zona, entre los que se encuentran principalmente, el deterioro de la calidad de vida e imagen urbana, insuficiencia de espacios públicos y áreas verdes, escasa movilidad, entre otras y que no generaría un gasto del gobierno.  Pero persiste la duda, ¿qué intereses hay detrás de una zona que vale miles de millones de pesos?

Ante este panorama se había anunciado la realización de una consulta sobre la construcción del proyecto, para el 3 de octubre, pero dada la polémica, las dudas y las especulaciones, se decidió cancelarla, ya que encima, esta sería organizada por el propio Gobierno de la Ciudad de México, es decir sería juez y parte. Ahora será el Instituto Electoral del Distrito Federal, quien organizará esta consulta, un organismo que no cuenta con el respaldo de los comités vecinales de las colonias que comprende este proyecto. Ahí la desconfianza de la sociedad ante los proyectos de los políticos. ¡Veremos que sucede con el tiempo! ¡Que la pluma siga girando!

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