La red descafeinada

México vive una situación peculiar. Más allá de las reformas...

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México vive una situación peculiar. Más allá de las reformas, los partidos políticos o los gobernantes, el caso de los normalistas desaparecidos en Guerrero tiene a flor de piel la indignación nacional, sin embargo, el hecho no ha sido de gran redundancia en las redes sociales como se podría esperar, basados en otras tragedias nacionales, como la guardería ABC. 
Socialmente hablando, internet ya no es el de antes, y sus comunidades “twitteras” y “facebookeras”, tampoco. No hace más de cinco años, la red se escandalizaba ante cualquier evento, atentado, situación o fraude destapado, hecho que en sí mismo generaba una nota en la prensa “tradicional”.

Ahora, con la popularización de estos medios, sus “timeline” son una amalgama de variopintos asuntos en los “hashtags” como #CuandoMeGustaAlguien, #SoyTanCursique o #EsdeArdidos que, sinceramente, desaniman la participación e interacción, pues ¿quién podría tomarse en serio a una sociedad tan banal y ausente de los temas de interés nacional? Podemos llamarlo un “daño colateral” de la evolución de internet, pues igual situación vivió la red de redes cuando salió de las universidades. 

Evidentemente, existen usuarios y “trending topics” relacionados con la tragedia de Guerrero, pero su “éxito” en la red social depende de la reacción a un hecho indeterminado por sus usuarios. A diferencia de la siempre loada “Primavera árabe”, en México, internet no tiene un papel preponderante en los acontecimientos, más allá de la anécdota y el valor utilitario, en parte, porque la mayoría de la población no tiene acceso, y a que sus usuarios regulares la utilizan mayormente para el entretenimiento, y no como una herramienta informativa. 

La cruzada por Excalibur

Otro hecho singular en la red social, éste fuera de nuestro país, es la crisis por el virus del ébola en Europa y Estados Unidos. La nota la dio España, donde más que la salud de la enfermera contagiada, el laxo protocolo de seguridad en el hospital o la respuesta del gobierno, lo que movió a la gente fue un perro.

“Excalibur”, la mascota de Teresa Romero, fue sacrificada como medida preventiva, decisión que fue mal vista por los usuarios de Twitter y Facebook, y que en un intento por evitarlo, crearon una campaña mundial. Cierto que se demostró que no era necesario, y que la persona que ordenó “dormir” al perro renunció a su puesto, pero ¿vale más la vida de una mascota que la salud de la sociedad? Para estas personas parece que sí, y con esa actitud, contribuyeron a reforzar la imagen de banalidad y de “mundo rosa” que tienen las redes sociales.

La red social está perdiendo su seriedad, novedad, y la intención que muchos le vimos cuando comenzamos a navegar en ella. ¿Recuerda qué sucedió con Hi5? Si seguimos usándolas para perder el tiempo, Twitter y Facebook irán por el mismo camino.

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