La resiliencia

La resiliencia es la capacidad de una persona o un grupo para resistir y sobreponerse ante situaciones traumáticas.

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“No existe dificultad que no pueda ser conquistada con suficiente amor. No hay mal que no se pueda curar con suficiente amor. Ninguna  puerta que no se abra con suficiente amor. Ningún golfo que no pueda ser atravesado con suficiente amor. No hay muro que suficiente amor no pueda derribar, ni pecado que suficiente amor no pueda redimir”.-  maharishi mahesh (gurú)

A lo largo de la vida hay adversidades, metafóricamente “cuando el viento nos es contrario”, sin embargo, contamos con fortalezas que nos ayudan a superar dichas adversidades.  

La resiliencia es  la capacidad de una persona o un grupo para resistir y sobreponerse ante situaciones traumáticas, tragedias, acontecimientos desestabilizadores y estresantes como pérdidas, desastres y crisis. Dicha capacidad nos permite seguir adelante y con paso firme. 

¡Hay que prepararse! 

• Crear ambientes agradables, respetuosos, positivos, solidarios y empáticos. 
• Enriquecer las relaciones familiares y sociales afianzando los lazos familiares y cultivando buenas amistades.
• Conocer y fijar los propios límites, claros y firmes, reconociendo qué se acepta de los otros y qué no. 
• Aprender y enseñar habilidades para la vida. Para esto, es vital crear un “proyecto de vida” con visión del futuro dándose cuenta de la misión personal en este mundo para llevarla a cabo día a día. También es bueno implementar estrategias para reconocer y manejar los conflictos que surjan y así reducir el estrés en el diario vivir. Mucho ayuda una comunicación clara y efectiva y con respeto. 
• Aprovechar las oportunidades de participación significativa con otras personas, ya que contribuirá a elevar la autoestima de ambas partes.  Aprenderemos a percibir los incentivos positivos propios, reconocimientos y gratificaciones que nos impulsan a ser equitativos con nosotros mismos y con los demás. 
• Brindar afecto y apoyo a otras personas sin entrometernos en sus vidas y en sus decisiones que sólo a ellos competen. 
• Procurar un distanciamiento emocional y físico de las fuentes de  situaciones tóxicas.

Es importante practicar lo expuesto para fortalecernos, ya que nos ayuda a aclarar la “visión”, a hacer contacto con la realidad y ser más objetivos, en lugar de “hacer tragedias”. Seremos más pacientes, al comprender,  que en la vida todo pasa - “lo bueno” y “lo malo”-. Tomemos en cuenta que recuperarse después de una tormenta lleva su tiempo…

¡Ánimo! hay que aprender a vivir.

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