Para muchos la mayor fuente de preocupación es la inseguridad. La delincuencia y la violencia son parte de la vida de los municipios en desarrollo constante, como Solidaridad, por lo que deben ser contenidas, controladas y ojalá disminuidas hasta casi erradicarlas por imposible que parezca. Al menos, controlarlas. 

Según fuentes del municipio gobernado por Mauricio Góngora Escalante, la delincuencia se redujo 40% en los dos primeros años de administración, respecto al mismo periodo de la anterior. Esto, debido a campañas permanentes y programas específicos cuyos fines últimos son habitar un lugar más próspero. Por su característica de sitio turístico de clase mundial, esta premisa es prioritaria.

¿Qué se ha hecho al respecto? Con el apoyo de los otros dos niveles, la administración municipal creó el Centro de Inteligencia y Monitoreo Urbano; el Sistema de Alerta Vecinal, así como Vigilante Ciudadano, en tanto se les da equipo a los agentes y se les capacita: hoy, todos los elementos de Seguridad Pública están acreditados de acuerdo con la normatividad de la evaluación de control y confianza.

De igual manera, la Policía Turística quedó certificada en calidad internacional de atención y protocolos luego de aprobar dos auditorías de la Norma Oficial ISO 9001:2008, en tanto que el 100% de los elementos fueron capacitados para el Nuevo Sistema de Justicia Penal Acusatorio, en vigor desde el pasado 30 de enero.

La implementación del Centro de Inteligencia es de lo más novedoso. Con el apoyo de cámaras de vigilancia en toda la demarcación (que reconocen placas y rostros), la seguridad avanza con nuevas tecnologías de mayor precisión. El denominado CIMUS monitorea la ubicación de las patrullas operativas para responder pronto y eficazmente a las alertas. En la Dirección de Seguridad Pública aseguran que “varios golpes” se han logrado gracias al funcionamiento de dichas herramientas.

El Sistema de Alerta Vecinal pretende operar en todas las casas y los negocios del municipio de manera gratuita, con un programa que puede activarse desde cualquier celular o teléfono fijo, para avisar al instante a familiares, vecinos cercanos y policías locales en caso de emergencia. Durante los primeros dos meses hubo más de 12 mil registros al Sistema, lo cual constituye un esfuerzo ciudadano en busca de la prevención. Visto con profundidad, el SAV puede transformar las relaciones cívico-policiales. Trabajar con ese afán sería lo ideal.

Respecto al programa Vigilante Ciudadano, basta recordar que fue reconocido por la Confederación Nacional de Municipios de México (CONAMM) por beneficiar a más de 200 adultos mayores, dignificándolos e integrándolos a una actividad productiva.

“Me fijé como uno de mis objetivos que los ciudadanos se sientan más seguros y que tengan confianza de los cuerpos policiacos cuando así los requieran. Pero también en Solidaridad cuidamos a quienes nos cuidan, por lo que estamos brindándoles a los policías las condiciones para una vida mejor”, sostuvo recientemente el presidente Góngora Escalante.

Dio en el clavo. La seguridad debe ser tratada con el más amplio criterio: desde la prevención hasta los incentivos, pasando por el reclutamiento, la capacitación y los ascensos cuando corresponda. El problema es que los jefes se mal acostumbraron a mandarlos a la guerra sin fusil y en condiciones precarias; y los ciudadanos, a condenarlos en sus errores y no reconocerles su labor.

Hay que exigirles, pero también ayudarles, mediante la denuncia ciudadana y atenderles desde el gobierno como se ha hecho en Solidaridad, no sólo con incentivos, también fomentando el deporte, rescatando los espacios públicos, motivando la creación artística y fortaleciendo el tejido social. 

En definitiva, en Solidaridad vemos una respuesta más práctica que política, porque se permite la participación activa de la sociedad.