Desde hace un par de años los televisores buscan de nuevo ser el centro de atención de la gente, luego de que la revolución digital que está sucediendo les ha dado más fuerzas al tiempo que les invertimos a los dispositivos móviles como las tablets, smarthphones y laptops, y la nueva estrategia para regresar a ser “la estrella” se llama Alta Definición (High Definition HD, en inglés).

Como sabemos, el HD proporciona imágenes más nítidas (con mayor resolución) y con mayores colores en pantalla, pero también mejora la calidad del sonido que escuchamos, adaptándolo de la mejor manera a los sistemas de altavoces de los aparatos (nos crea una sensación de estar mirando por la ventana).

La industria espera recuperar poco a poco a sus seguidores produciendo televisores más grandes, con diseños innovadores y elegantes, aplicaciones (android, internet, etc.), e incluso utilizando las cuestiones naturales como el ahorro de energía como un fuerte punto a su favor.

Tan sólo en los últimos días he mirado una gran cantidad de anuncios de las compañías de televisión de paga, que  utilizan el HD como “un gancho” para atraer clientes. Aunque también hay que aclarar que la Alta Definición viene de por sí ligada a estos sistemas restringidos por la gran cantidad de canales “para disfrutar”.

Para las próximas fiestas decembrinas se estima que una gran cantidad de televisores con estas capacidades se venderán, más incluso los que ya integran el 3DHD, es decir la tercera dimensión en Alta Definición.

Habrá que ver qué sucede y si con esto la televisión recupera de nuevo a algunos millones de televidentes y, por otra parte, tendremos que idear maneras de protegernos a la exposición de los estímulos sensoriales que la HD también maximiza.