Las ambiciones de China ante Japón y los EU

China parece esperar que Japón y Estados Unidos se atemoricen ante su amenaza.

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El sábado pasado el Ministerio de Defensa chino anunció la puesta en vigor a partir de las 10 de la mañana hora local de una “Zona de Identificación de Defensa Aérea” y que toda aeronave que ingrese en dicha área debe informar de su plan de vuelo y mantener comunicaciones de radio con las autoridades chinas. La zona establecida se superpone con  otra similar establecida por Japón, lo que ha recrudecido el conflicto que ambos países  mantienen por la propiedad de ocho islas despobladas de apenas 7 kilómetros cuadrados, las islas en China son conocidas como Diaoyu y en Japón como Senkaku. Este martes dos aviones bombarderos B-52 de Estados Unidos sobrevolaron la zona sin cumplir con identificarse, pese a la amenaza china de tomar medidas defensivas de emergencia.

Las islas se encuentran cercanas a vías marítimas estratégicas, poseen un rico potencial de pesca, se sabe que tienen extensos yacimientos petroleros y reservas de gas natural. En los últimos años China ha mantenido una serie de disputas con países de la región como Filipinas, Vietnam y Malasia por el control de algunas islas del Mar de China Meridional, el año pasado China logró arrebatarle a Filipinas el control del arrecife Scarborough al enviar barcos a ocupar el lugar, pero esto no funcionará con Japón ya que la Guardia Costera nipona se encuentra mucho mejor preparada y equipada.

El origen del conflicto se remonta a 1895, cuando Japón ocupó las islas que se encontraban deshabitadas; después de la II Guerra Mundial Japón se vio obligado con el Tratado de San Francisco de 1951 a renunciar a la soberanía de varios territorios e islas, las islas Senkaku quedaron bajo control de Estados Unidos hasta que en 1971 fueron devueltas a Japón, siendo en ese momento cuando China inició sus protestas reivindicando la propiedad de las islas: Para ese entonces, además de la riqueza pesquera, ya se habían encontrado yacimientos de petróleo en la zona. Japón argumenta que China nunca presentó reclamación alguna por las islas entre 1895 y 1971 y que sus reclamos se encuentran dirigidos por su interés en el petróleo y el gas.

En 1895 Japón firmó un acuerdo con China por medio del cual varias islas que pertenecían a China, entre ellas Taiwán, pasaban a ser de su propiedad, China argumenta que cuando Taiwán le fue devuelto en 1951 las islas en disputa debieron regresar a China y que las autoridades chinas de ese entonces no hicieron la reclamación debido a que no querían incomodar a Estados Unidos que apoyaba el retorno de Taiwán al control chino; es por esta misma razón que también Taiwán reclama actualmente las islas como de su propiedad.

Desde la II Guerra Mundial Estados Unidos es la potencia militar en la zona, pero el creciente peso de China en la economía mundial y su desarrollo militar reciente la han impulsado a demostrar su poder tanto económico como militar por medio del cual pretende expandir su influencia y control en la zona; su nueva condición de potencia económica está impulsando a China a tratar de deshacerse del poder hegemónico de Estados Unidos en la región y aparentemente el gobierno de Xi Jinping está decidido a enseñar el músculo económico-militar de su nación al mundo.

Cuando China se encuentra en una delicada situación por inconformidades internas manifestadas a través de atentados, reclamos por mayor apertura democrática y rechazo social hacia la conducta de algunos dirigentes involucrados en escándalos sexuales o enriquecimiento ilícito, el gobierno acude a una receta más que probada: impulsar la unidad y el apoyo al gobierno a través de exacerbar el nacionalismo ante una amenaza real o ficticia contra el país; para ello el conflicto con Japón sirve muy bien a sus fines, ya que la rivalidad de China con Japón ha sido constante a través de la historia.

En un mundo tan globalizado como el actual, nadie podría salir vencedor de un enfrentamiento de grandes proporciones, eso lo saben tanto China como Japón y Estados Unidos. China parece esperar que Japón y Estados Unidos se atemoricen ante su amenaza, por el momento la respuesta de Estados Unidos ha sido contundente demostrando a China que no piensa permitirle imponer sus condiciones en el área, la obligación para todos es negociar o arriesgarse a perder infinitamente más de lo que les sería posible ganar.

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