Las redes siguen en campaña

Es una regla de vida que cuando alguien está en el bando ganador...

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Es una regla de vida que cuando alguien está en el bando ganador, de la nada le salen seguidores, amigos e incondicionales, la mayoría simples aduladores en busca de un beneficio, o ya de perdida, mantenerse en el candil a pesar de su pasado belicoso. 

Quintana Roo vive un singular escenario desde el 5 junio: la alternancia despertó a una sociedad mayormente apática hacia la política. Algunos ahora “esperan” cambios, otros tienen “esperanza”, y los menos, “expectativas” reales sobre lo que nos viene encima con el cambio de gobierno, pero el caso es que sucederá. 

Gracias a las redes sociales, estas esperanzas y expectativas son públicas, compartidas todos los días ganando o perdiendo seguidores, diluyéndose al paso del tiempo hasta el lejano septiembre, pero causando a su paso un sinnúmero de sinsabores y dudas sobre la capacidad ciudadana para entender el cambio por el que se votó a principios de mes. 

El electorado cumplió. A la autoridad correspondiente no le quedó de otra y validó el sufragio de los quintanarroenses y en unos meses estrenaremos gobernador, alcaldes y diputados, en una singular y carismática mezcla de colores que augura un trabajo de política verdadera como nunca se había visto en Quintana Roo, gracias a la aplanadora tricolor. Sobre los nuevos gobernantes, creo que podemos darles el beneficio de la duda, pero sinceramente, las redes sociales nos hacen pensar sobre si podemos decir lo mismo de la sociedad. 

Consideramos que el gobernador electo @CarlosJoaquin debería retomar el trabajo de redes sociales que le ayudó a ganar las simpatías de los quintanarroenses, obviamente ya no para pedir el voto, sino para encausar las innumerables expectativas que se han creado en torno a sus válidas propuestas. Recordemos que, por más que los usuarios de redes sociales nos desagrade, también somos humanos, y tendemos a magnificar, tergiversar o “mejorar” lo que leemos, máxime si de política se trata, causando muchísimo más daño que beneficios a la idea original que quisimos dar a conocer, y a la larga, una profunda decepción entre lo que se hace y se “tweetea”. 

Nuestro estado ansía un cambio y ¡válganos la sorpresa mayúscula! Descubrimos que las elecciones sí ayudan a crearlo, pero esto tampoco es la panacea: fue un paso, sólo uno hacia el largo proceso de renovación política que es el que realmente nos proveerá del ansiado nuevo escenario, y sólo sí todos jalamos parejo. 

Los nuevos gobernantes deben atender esta situación, y ya sea con discursos honestos o acciones dentro de sus posibilidades como autoridades electas, encausar estas esperanzas para que los cancunenses no perdamos las ganas de participar en los procesos propios de la democracia participativa, que tanto colaborar a su éxito en las urnas, y a la buena imagen que hasta hoy día, tenemos sobre ellos. 

El regreso de los bots 

La protesta ciudadana en el Congreso del Estado dejó perplejos a muchos. Chetumal, siempre considerada como la capital más anodina del país, demostró un inesperado arranque de pasión política que sacó a relucir lo mejor y lo peor de su ciudadanía. 

Entre lo bueno encontramos que el ansia por no seguir en manos de políticos “de quinta”, sigue vivo tras las elecciones; entre lo malo, la reacción de cierto legislador, que sin más pruebas que su pertenencia a la vieja guardia, acusó a cierto político electo de “orquestar” el ataque, declaraciones que prueban, una vez más, que algunos personajes aún no digieren el resultado del 5 de junio. 

También la protesta sirvió para traer de nuevo al escenario de las rede sociales a los bots tricolores: cuando el “hashtag” #LeyBorge llegó a los primeros lugares del país gracias a las notas relativas a la protesta y las acciones políticas del Congreso, los bots atacaron para desvirtuar el “trending topic” y transformarlo en un vertedero de imágenes sexuales y frases de doble de sentido. El dinosaurio digital sigue vivo y coleando. 

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