El pasado fin de semana iniciamos un proyecto que teníamos tiempo planeando y conceptualizando: el Diplomado en Liderazgo para la Sustentabilidad; pero no voy a hablar de las características del curso porque esta columna no es para eso, hablaré de la importancia de vincular los conceptos de liderazgo y de sustentabilidad en un territorio como Quintana Roo.

Nuestro estado, con una dinámica de crecimiento que en momentos ha sido exponencial, ha generado grandes beneficios económicos no solo a empresarios, sino también a la economía nacional, estatal y local, y por supuesto, a la comunidad que vivimos del turismo. Pero como toda actividad humana, ha generado impactos ambientales y sociales negativos, en algunos casos, más negativos que la capacidad de los ecosistemas de soportarlo o incluso de la sociedad en su conjunto para organizarse y resolverlos.

La ansiada búsqueda del desarrollo sustentable requiere de profesionales capacitados para enfrentar los retos lo mejor preparados posible, por lo que la profesionalización en este sentido debe ser fundamental para todos aquellos actores que busquemos un mejor Quintana Roo, un desarrollo más equilibrado, equitativo, justo y con responsabilidad.

Pero, ¿qué tiene que ver el liderazgo en todo esto? Bueno, es una cuestión fundamental, ya que no necesariamente una persona con estudios técnicos es un buen líder, no necesariamente está preparado para enfrentar los retos con visión y con una perspectiva integral, y sobre todo, no está preparado para asumir el rol que debe tener el líder, que de acuerdo a uno de los gurús en el tema, Peter Senge, debe ser “la capacidad para dar forma al futuro”

¿Cuál es el futuro que queremos para el desarrollo de Quintana Roo? ¿Y cómo hacemos para alcanzarlo?  Las preguntas no son nuevas, las han hecho y contestado organizaciones y se han discutido en foros locales, nacionales, internacionales y han surgido de ellos documentos, ideas y proyectos. Entonces, ¿qué falta?

Liderazgo en todos los sectores y a todos niveles. Personas que comprendan que si no actuamos hoy, no mañana habremos perdido algo, que se arriesguen a tomar decisiones sin que les tiemble la mano, que desde lo micro (como la casa, la escuela o la comunidad) hasta lo macro, busquen un mejor futuro (o un mejor presente) para quienes vivimos aquí.

Iniciamos este ejercicio que llamamos Diplomado con representantes de sector público, privado, social; con diferentes perfiles: abogados, biólogos, oceanólogos, comunicólogos, administradores, turisteros; y de diferentes latitudes: Holbox, Cancún, Puerto Morelos, Playa del Carmen y Tulum y con una meta, formar líderes con visión y dispuestos a tener un mejor Quintana Roo.

Después de este fin de semana que fue intenso e interesante, me quedo con una reflexión final que creo que todos nos llevamos y que nos deja una gran enseñanza:

“Uno de los temas en los que como personas debemos trabajar de forma URGENTE es el siguiente: si queremos avanzar en los procesos de desarrollo sustentable, necesitamos como personas tener una cualidad básica: la empatía.” 

Es decir, comprender las motivaciones, características y necesidades del otro, evitar la intransigencia y sobre todo,  argumentar y defender con información y siempre siempre, pensando no en nuestro beneficio, sino en el bien común.

Felicidades a esta primera generación de líderes en sustentabilidad.