Pues estamos ya en el fin de la primera quincena de enero donde ya acabaron los festejos de diciembre y todo mundo estaba rezando porque llegara el día 15, porque más de dos estaban comiendo pavo de monte, pero de monte de piedad… Y hablando de empeños, los que están empeñados en que se hable de ellos son los de Morena, porque el Peje ya regresó a las andadas, se le ve fuerte porque dicen las malas lenguas que todo fue un gran teatro; mare creo que fue a la misma escuela Carlos Piña, porque al parecer su secuestro, también fue un truco…

Y lo que algunos detractores dicen que fue más que un truco fue que le otorgaron el balón de oro al famoso CR7, Cristiano Ronaldo, al dejar atrás a la pulga Messi y al francés Ribery, que dicen que el último lo merecía más por todos los campeonatos que le hizo ganar a su equipo, y Ronaldo se fue en blanco con el Madrid, pero se llevó el Balón de oro, y hasta las lágrimas le salieron, y no es de débiles llorar, porque hay muchos que lo hacen: lloran como Ronaldo los empresarios, por aquello de las reformas.

Lloran como Ronaldo los automovilistas cada vez que cargan gasolina, aunque ya dijo Videgaray que en el 2015 se acaba el gasolinazo -¿será por las elecciones?-; lloran como Ronaldo todos los usuarios de CFE, por los abusos y por tener que pagar en nuestros recibos la luz que no pagan los trabajadores de la Comisión; lloran como Ronaldo los concesionarios del transporte público, porque no alcanza con el pesito de más que cobran; lloran como Ronaldo los usuarios del transporte, por tener que viajar todos los días en camiones en deplorables condiciones. 

Y vamos  a llorar como Ronaldo los meridanos si le pagamos a Santander los 468.8 millones, como dice Juan Gabriel en su canción: “Pero qué necesidad”.