La temporada de lluvias en México comienza a agudizarse, y es que con el inicio del verano ya se han presentado afectaciones de consideración en distintos puntos del país. Basta recordar que la semana pasada, en el Distrito Federal (desde donde se escribe esta columna), se presentó la inundación del Anillo Periférico en la zona de Reforma y Polanco, hecho que dejó varados por varias horas a miles de capitalinos. 

La misma imagen se repite en la mayoría de las ciudades de México. Durante más de ocho años que viví en el hermoso Cancún, con cualquier precipitación, avenidas como la  Bonampak, Colosio, Labná, Kabah y López Portillo, por mencionar algunas, sufrían afectaciones, y al día de hoy, se siguen presentando.

Esto nos habla de una pésima planeación en torno a la infraestructura con la que cuentan las ciudades, que verdaderamente padecen, durante la temporada de lluvias, y a la basura acumulada en alcantarillas y pozos de absorción, de la cual, los ciudadanos también somos responsables.

Ante esto, las autoridades han optado por lo más sencillo: Activan cuadrillas de desazolve de pozos y alcantarillas, una vez que se ha hecho el caos, en lugar de tener planes, programas de inversión y prevención, desde que se dedican a pedir el voto de las personas en cada campaña electoral y ejecutarlos un vez conseguido el hueso. Por ejemplo, en la Ciudad de México fue tal la presión de la ciudadanía, que al Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, le “llovieron” toda clase de críticas en las redes sociales, por las recurrentes afectaciones que trae consigo la lluvia en esta temporada, hecho que lo obligó a tomar la decisión de abrir gratuitamente el tramo de cuota del segundo piso del Periférico, cada que se presente una precipitación, como la del pasado 19 de junio; lo dicho, medida de reacción y no de prevención.

Y así podemos enumerar múltiples casos en Estados como Tabasco, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Distrito Federal, etcétera. 

Esto está llevando a ciudadanos en el centro del país a protestar enérgicamente contra la omisión del problema. En los municipios de Ixtapaluca y Valle de Chalco, en el Estado de México, tras verse afectados por una severa inundación, sus habitantes se organizaron ante la falta de apoyos por parte de las autoridades y decidieron cerrar la autopista México-Puebla, para exigir el desazolve de la escasa infraestructura hidráulica.

Tras el caos en el Valle de México, finalmente los gobiernos del Estado de México y el Distrito Federal instalaron la Comisión Metropolitana de Drenaje, para atender los problemas que, con una buena planeación, operación y desarrollo de los sistemas hidráulicos, se hubieran podido evitar.

La temporada de lluvias se pronostica como intensa y, si los gobiernos de los Estados susceptibles a verse afectados no actúan de forma oportuna, aunado a la conciencia cívica para no generar más basura en las calles, se pondrá en riesgo el patrimonio de los ciudadanos. ¡Qué la pluma siga girando!