Lo que el viento nos dejó

El impacto del huracán “Patricia” nos dejó sendas lecciones gracias al empleo masivo de las redes sociales

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El impacto del huracán “Patricia” nos dejó sendas lecciones gracias al empleo masivo de las redes sociales, poniendo en evidencia sus bondades y peligros. 

De entrada, y contrario a lo que nos tiene acostumbrados, el gobierno federal demostró profesionalismo y bastante cabeza fría para mostrar, sin medias tintas, el curso que tomaba el huracán. Mantuvo en todo momento informado al país, buscando dejar en claro las medidas a tomar, en una sociedad ajena –al menos al nivel al que tenemos los quintanarroenses- a la cultura de previsión por fenómenos meteorológicos. 

Para esta emergencia, también los mexicanos en redes sociales mostraron su mejor cara. Pasando de largo las bromas y memes que se hacen por cualquier evento, buena parte de los usuarios supo reconocer entre tanta basura disfrazada de información, encargándose de desmentir las imágenes catastrofistas y falsas que circularon sobre el huracán, mostrando además en tiempo real, el verdadero impacto y consecuencia del fenómenos, videos y fotografía que fueron en muchos casos, la única fuente de la que los medios masivos de comunicación dispusieron para “ilustrar” la nota al momento. 

Tristemente, parte de la mala nota que dejó “Patricia” vino de los periodistas, y en especial, de la cobertura en el extranjero. A través de internet, la noticia del huracán “más poderoso de la historia”, del que “de existir categoría seis, lo sería”, provocó en buena medida el sensacionalismo necesario para venderla a sus editores. Cierto es que el fenómeno fue de tales magnitudes, pero de tanto “tweetar” sobre ello, los medios internacional hicieron pensar a sus lectores locales que el ciclón “se comería” a todo el país, y no fue raro para mucho, recibir mensajes preguntando cómo estábamos, aún con el “tremendo solazo”. 

Un factor muy interesante sobre este punto, y al que poco a poco los mexicanos nos vamos acostumbrando, es que nosotros, usuarios de redes sociales y de internet en general, dependemos menos de los reportes oficiales para captar la importancia de un evento, en este caso, el derrotero de “Patricia”, aunque es evidente que esto también acarrea el peligro de mal interpretar la información que proporcionan los portales especializados; cayendo en la trampa más común en estos casos de huracán: dejarnos llevar por la impresionante foto de satélite, sin saber que no toda la “mancha de nubes” implica peligro. 

En el caso desdeñable, “Patricia” y las redes sociales también dieron pie a la imbecilidad de la sociedad, reflejada en cadenas de oración, videos de pastores y religiosos llamando a detener el fenómeno con el “poder” de la divinidad, en un acto de clarísimo oportunismo para perpetuar el fanatismo. Como dijo Jesús, hay de todo en la viña del Señor, y eso también atañe a su versión digital. 

Golpe de realidad 

Sobre “bots” y usuarios pagados hemos hablado en varias ocasiones, incluso sobre cómo ignorarlos y acabar con su nefasta visión de las redes sociales. Sin embargo, los últimos acontecimientos delictivos en la ciudad, deberían demostrar a estos personajes que por más que lo intenten, la sociedad dentro y fuera de línea está cansada, harta de ciertas situaciones, y que su misión salmera no encuentra más que el repudio social.

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